Regalando sonrisas



Matthew era un niño muy curioso y aventurero. Siempre había soñado con viajar a otros países para conocer nuevas culturas y personas interesantes. Un día, sus padres le dijeron que iban a hacer un viaje a Colombia.

- ¡Wow! ¿De verdad vamos a ir a Colombia? - exclamó Matthew emocionado. - Sí, hijo. Queremos mostrarte la belleza de este país y su gente maravillosa - respondió su mamá.

Matthew no podía esperar para llegar allí y comenzar su aventura en Colombia. Finalmente llegaron al aeropuerto de Bogotá, donde fueron recibidos por una familia colombiana amable que les ofreció un lugar donde hospedarse.

- ¡Bienvenidos! Espero que disfruten su estadía en nuestro país - dijo el padre colombiano con una sonrisa cálida. Matthew estaba fascinado por todo lo que veía: las calles llenas de colores brillantes, los edificios históricos, la música animada y la comida deliciosa.

Pero también notó algunas cosas diferentes a lo que estaba acostumbrado en casa. Un día, mientras caminaba por el mercado local con sus padres, vio a unos niños trabajando duro vendiendo frutas y verduras bajo el sol caliente.

- ¿Por qué esos niños están trabajando aquí en vez de estar jugando como yo? - preguntó Matthew preocupado. - Es desafortunadamente común ver esto aquí. Muchas veces estos niños tienen que trabajar para ayudar económicamente a sus familias - le explicó su papá.

Matthew se sintió triste al escuchar eso pero decidió hacer algo al respecto. Él recordó haber traído algunos juguetes en su maleta para regalar a los niños de Colombia. Así que decidió compartirlos con esos niños trabajadores.

- ¡Hola chicos! ¿Quieren jugar un rato? - les dijo Matthew mientras sacaba sus juguetes. Los niños lo miraron sorprendidos y luego comenzaron a sonreír y a jugar con él. Después de un rato, Matthew se despidió de ellos y regresó con sus padres.

- Eso fue muy amable de tu parte, hijo - le dijo su mamá orgullosa. Matthew se sintió feliz por haber hecho algo bueno por otros.

Desde ese día, hizo todo lo posible para ayudar a la gente que conocía durante su viaje en Colombia: compartió sus dulces favoritos con los niños del vecindario, ayudó a una señora mayor a cruzar la calle y hasta aprendió algunas palabras en español para comunicarse mejor con los locales.

Finalmente llegó el momento de partir hacia casa pero Matthew nunca olvidaría las aventuras increíbles que vivió en Colombia. Aprendió mucho sobre diferentes culturas y cómo hacer una diferencia positiva en la vida de otros.

Regresó a casa como un niño más sabio y compasivo gracias a su viaje inolvidable al país sudamericano.

FIN.

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