Remolón y la magia navideña


Había una vez en el hermoso bosque de Villa Animales, un animalón llamado Remolón. Remolón era un oso perezoso que siempre prefería quedarse durmiendo en su cueva en lugar de aventurarse y explorar el mundo como los demás animales.

La Navidad se acercaba y todos los animales estaban emocionados preparando sus decoraciones y regalos.

Los amigos de Remolón, como el conejito Saltarín y el pajarito Trinador, intentaron convencerlo para que participara en la celebración navideña, pero él simplemente respondía:- No tengo ganas, la Navidad es solo para los que tienen energía. Pero lo que Remolón no sabía era que esta Navidad sería diferente. En lo más profundo del bosque vivía una hada llamada Estrellita.

Estrellita tenía poderes mágicos y había escuchado sobre la tristeza de Remolón. Decidió ayudarlo a descubrir la verdadera magia de la Navidad.

Una noche, mientras todos dormían, Estrellita voló hasta la cueva de Remolón y con su varita mágica lo despertó suavemente. - ¡Remolón! ¡Despierta! Tengo algo especial para ti -dijo Estrellita con entusiasmo. Remolón bostezó y abrió sus ojos somnolientos al ver a Estrellita flotando frente a él.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué me has despertado? Estrellita sonrió y le explicó:- Quiero mostrarte algo increíble. Ven conmigo al corazón del bosque. Curioso, Remolón decidió seguir a Estrellita. Caminaron por el bosque hasta llegar a un claro iluminado por cientos de luces brillantes.

Había árboles decorados y los animales del bosque cantaban villancicos. - ¡Bienvenido, Remolón! -exclamaron todos los animales al verlo llegar. Remolón no podía creer lo que veían sus ojos. Nunca había visto algo tan hermoso y lleno de alegría en su vida.

- ¿Esto es la Navidad? -preguntó asombrado. - Sí, Remolón. La Navidad es tiempo de compartir, amar y disfrutar juntos -explicó Estrellita-. No importa si eres lento o perezoso, todos somos especiales y podemos encontrar nuestra propia forma de celebrarla.

Remolón se sintió abrumado por la calidez y el amor que rodeaba aquel lugar. Se dio cuenta de que él también podía ser parte de esa magia navideña sin tener que cambiar quién era.

Desde ese día, Remolón se convirtió en uno más del grupo. Ayudaba a decorar los árboles con sus largas garras y compartía risas con sus amigos mientras preparaban ricos postres navideños.

La mágica Navidad llegó a Villa Animales gracias a la valentía de Remolón para salir de su cueva y descubrir una nueva forma de vivir la vida.

Aprendió que no importa cuán diferente seas, siempre puedes encontrar tu lugar en el mundo si abres tu corazón a las experiencias nuevas y te permites ser parte del amor y la amistad que te rodea. Y así, Remolón y sus amigos vivieron una Navidad llena de alegría, unión y magia.

Y cada año, recordaban aquel momento en el que el oso perezoso descubrió que la verdadera magia de la Navidad está en compartir momentos especiales con quienes amas.

Dirección del Cuentito copiada!