Renata y la travesía valiente


Había una vez una rana llamada Renata que vivía felizmente en un lindo estanque rodeado de flores y árboles. Todos los días, Renata disfrutaba saltando de hoja en hoja y nadando en el agua fresca del estanque.

Pero había algo que la preocupaba: al otro lado del estanque, se encontraba un río muy ancho y caudaloso.

Renata siempre había soñado con explorar más allá de su hogar y descubrir nuevos lugares, pero cada vez que veía el río, sentía miedo. Las olas eran grandes y el agua parecía muy profunda. Además, no sabía nadar tan bien como otros animales acuáticos.

Un día, mientras Renata estaba sentada en una hoja contemplando el río, apareció su amiga Berta la mariposa. Berta era valiente y aventurera, siempre volaba por diferentes lugares y conocía todos los secretos del bosque. "¡Hola Renata! ¿Por qué tienes esa cara triste?" preguntó Berta curiosa. Renata suspiró.

"Berta, me encantaría cruzar ese río para explorar lo que hay más allá, pero tengo mucho miedo". La mariposa sonrió comprensiva. "Entiendo tus temores, Renata. Pero recuerda que a veces es necesario enfrentar nuestros miedos para lograr cosas increíbles".

Renata pensó en las palabras de Berta durante toda la noche. Finalmente decidió darle una oportunidad al río e intentarlo aunque tuviera miedo.

Al día siguiente, cuando llegó al borde del río nuevamente con su corazón latiendo rápido, Renata se encontró con una sorpresa. Un simpático sapo llamado Ramiro estaba sentado en una roca cerca del río. "¡Hola Renata! Veo que estás pensativa. ¿Puedo ayudarte en algo?" preguntó el sapo amablemente.

Renata explicó su deseo de cruzar el río pero también su miedo. "Ramiro, me encantaría ser valiente como tú y Berta, pero tengo tanto miedo de fallar o lastimarme". El sapo sonrió tranquilizadoramente. "Renata, todos tenemos miedos.

Pero recuerda que la vida está llena de desafíos y es a través de ellos que crecemos y aprendemos. Si nunca intentas cruzar el río, nunca sabrás lo maravilloso que puede ser lo que hay al otro lado".

Las palabras de Ramiro resonaron en el corazón de Renata y le dieron fuerza para seguir adelante. Con un último suspiro, dio un salto valiente y se lanzó al agua. Al principio fue difícil nadar contra la corriente del río, pero Renata no se rindió.

Poco a poco fue ganando confianza y comenzó a disfrutar del viaje por el agua. Mientras nadaba, Renata descubrió nuevas criaturas acuáticas: peces coloridos nadando a su lado y libélulas juguetonas volando sobre ella.

También vio hermosos paisajes llenos de flores silvestres en las orillas del río. Finalmente llegó al otro lado del río y saltó felizmente hacia tierra firme. Allí encontró un bosque encantador lleno de árboles frondosos y animales amigables.

Renata se dio cuenta de que había superado su miedo y logrado algo increíble. Se sintió orgullosa de haberse atrevido a cruzar el río y descubrir un nuevo mundo lleno de aventuras. Desde ese día, Renata se convirtió en la rana más valiente del estanque.

Siempre recordaba que enfrentar sus miedos le había permitido vivir experiencias maravillosas y animaba a otros animales a seguir sus sueños sin importar lo que les asustara.

Y así, Renata demostró que incluso cuando no queremos hacer algo por miedo, siempre podemos encontrar el valor dentro de nosotros para superarlo y alcanzar nuestros sueños.

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