Renato y la monita valiente



En lo profundo de la selva, en un frondoso bosque habitaba una alegre y bulliciosa manada de monitos. Todos los días jugaban, saltaban de rama en rama y se divertían juntos.

Pero entre ellos estaba Renato, un monito especial que era muy lindo e inteligente, pero diferente a los demás. Renato no hablaba mucho y le gustaba estar solo observando el mundo a su alrededor.

Tenía conductas autistas que hacían que los otros monos lo vieran mal y se burlaran de él. A pesar de todo, Renato seguía siendo amable y cariñoso con todos. Ámbar, una monita muy dulce y comprensiva, notó cómo trataban a Renato los demás monitos y decidió hacer algo al respecto.

Ella sabía lo inteligente que era Renato, lo cuidadoso que podía ser con sus amigos y quería demostrarle a la manada que él también merecía respeto y amor.

Un día, Ámbar organizó una competencia de habilidades para todos los monitos de la selva. Habría pruebas de saltos, carreras y juegos mentales. Cuando llegó el momento de la competencia, todos estaban emocionados por participar.

- ¡Bienvenidos a la competencia! - anunció Ámbar desde lo alto de un árbol - Hoy demostraremos nuestras habilidades y talentos para celebrar lo maravillosos que somos como grupo. Los monitos comenzaron las pruebas con entusiasmo. Saltaban entre las ramas con agilidad, corrían velozmente por el suelo y resolvían acertijos complicados.

La emoción llenaba el aire mientras cada mono mostraba sus destrezas únicas. Llegó el turno de Renato. Aunque al principio dudaba en participar debido a su timidez, Ámbar lo animó desde abajo con una sonrisa cálida. - Tú puedes hacerlo, Renato.

Muestra a todos tu increíble inteligencia - le dijo Ámbar con ternura. Decidido a probarse a sí mismo, Renato tomó valor y se lanzó a completar las pruebas.

Para sorpresa de todos, superó cada desafío con creatividad e ingenio. Demostró que su forma diferente de ver el mundo no era un obstáculo sino una ventaja única. Al finalizar la competencia, Ámbar subió nuevamente al árbol para dirigirse a toda la manada reunida frente a ella.

- Quiero felicitarlos a todos por sus increíbles habilidades hoy - comenzó Ámbar - Pero sobre todo quiero destacar la valentía y talento especial de nuestro amigo Renato.

Él nos ha mostrado que ser diferente no significa ser menos capaz o digno de amor. Los monitos escucharon atentamente las palabras de Ámbar y miraron a Renato con nuevos ojos llenos de admiración.

Se dieron cuenta de que la diversidad en su grupo era algo hermoso y valioso; cada uno tenía algo único para ofrecer.

Desde ese día en adelante, Renato fue aceptado plenamente por la manada como un miembro importante e apreciado por todos gracias al amor incondicional demostrado por su amiga Ámbar quien supo ver más allá del exterior distinto del lindo e inteligente mono llamado Renato.

FIN.

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