René y la carrera desafiante



En lo más profundo del bosque vivía un sapito muy especial llamado René.

A diferencia de los demás sapos, a René le encantaba correr carreras deportivas y siempre estaba buscando la manera de superar en deporte a todos los animales del bosque. Un día, se acercó al lago donde solían reunirse todos los animales para organizar competencias. René saltaba de emoción al ver que habría una carrera de obstáculos al día siguiente.

Estaba decidido a ganar y demostrarles a todos que, aunque fuera chiquito, tenía un gran corazón lleno de determinación y valentía. - ¡Hola amigos! ¿Quién se anima a competir conmigo mañana en la carrera de obstáculos? - exclamó René emocionado.

Los demás animales se miraron entre sí sorprendidos. Sabían que René era muy veloz, pero nunca antes lo habían visto participar en una carrera tan exigente como esa. - ¡Yo me anoto! - gritó el conejo, desafiante.

- ¡Yo también quiero competir! - dijo la liebre, seguida por el zorro, el ciervo y hasta el águila. René sonrió confiado. Sabía que no sería fácil, pero estaba listo para dar lo mejor de sí mismo y demostrarles a todos su talento deportivo.

Llegó el día de la carrera y todos los animales estaban ansiosos por comenzar. El recorrido incluía saltos altos, troncos caídos, charcos fangosos y trepadas difíciles.

La adrenalina corría por las venas de cada participante mientras se preparaban en la línea de largada. - ¡Listos, preparados, ya! - anunció el búho con su voz grave. La multitud aplaudió emocionada y los animales salieron disparados en una nube de polvo.

René saltaba ágilmente los obstáculos con destreza mientras sus rivales luchaban por mantenerse cerca. El conejo tomó la delantera en un tramo llano, seguido muy de cerca por la liebre. Pero cuando llegaron a un río caudaloso que debían cruzar nadando, René aprovechó su habilidad acuática para adelantarse nuevamente.

- ¡Vamos René! ¡Tú puedes hacerlo! - gritaban desde la orilla sus amigos animales. Con esfuerzo y determinación logró superar cada desafío hasta llegar a la meta final.

Cruzó victorioso la línea de llegada recibiendo una ovación cerrada por parte de todos los presentes. - ¡Increíble sapito cro cro cro! Eres todo un campeón - exclamó el búho posando sobre una rama cercana.

René sonreía feliz sabiendo que había logrado su objetivo: demostrarles a todos que no importa cuán pequeño seas o qué obstáculos enfrentes; si tienes pasión, perseverancia y fe en ti mismo, puedes alcanzar cualquier meta que te propongas.

FIN.

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