Rescatando al pajarito



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Ethan. Ethan era un niño muy curioso y valiente, siempre buscando nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, escuchó unos ruidos extraños provenientes de un arbusto. Con valentía se acercó y descubrió a un pajarito herido que no podía volar. Ethan sintió mucha tristeza al ver al pajarito en apuros, pero decidió ayudarlo.

Sin dudarlo, corrió hacia su casa y tomó una caja para llevar al pajarito. Con mucho cuidado lo metió dentro y lo llevó a su habitación.

Ethan sabía que debía hacer algo rápido para salvarlo, así que buscó en internet cómo cuidar a un pájaro herido. Después de leer varias páginas web y mirar videos instructivos, Ethan se puso manos a la obra.

Preparó una mezcla de agua con azúcar para darle de beber al pajarito y también le consiguió algunas semillas para que pudiera alimentarse. Pasaron los días y el pajarito empezó a recuperarse gracias a los cuidados de Ethan. Un día, cuando el pajarito ya estaba completamente recuperado, Ethan decidió llevarlo de vuelta al bosque para liberarlo.

Caminaron juntos hasta llegar a un claro rodeado de árboles altos y frondosos. "¡Es hora de dejarte ir, amiguito! Ahora podrás volar libremente como antes", dijo Ethan mientras abría la caja.

El pajarito salió despacio de la caja, miró a Ethan con sus brillantes ojos negros y luego batió sus alas con fuerza hasta elevarse en el aire.

Por unos instantes se quedaron allí parados mirando cómo el pajarito se alejaba cada vez más alto hasta desaparecer entre las copas de los árboles. Ethan sintió una gran felicidad al ver al pajarito volar libre nuevamente. Había aprendido que con amor, paciencia y determinación se pueden lograr cosas maravillosas.

Desde ese día, cada vez que escuchaba cantar a los pájaros recordaba la increíble aventura que vivió junto al pequeño amigo alado.

Y así fue como pequeño Ethan descubrió que no hay tarea demasiado grande si se hace con bondad en el corazón y una sonrisa en el rostro.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!