Rescate en el mar
Nadia y Leonel eran dos amigos que amaban el mar. Cada vez que podían, se escapaban a la playa para bucear y explorar las profundidades del océano.
Un día, mientras estaban buceando en una zona rocosa, vieron algo que les llamó la atención. Era un pulpo gigante! Tenía tentáculos tan largos como sus cuerpos juntos y su cabeza era del tamaño de una pelota de fútbol. - ¡Mira lo grande que es! - dijo Nadia emocionada.
- Es impresionante - respondió Leonel con asombro. El pulpo gigante se acercó a ellos lentamente y los miró con curiosidad. A pesar de su tamaño, no parecía agresivo ni peligroso. - ¿Qué hacemos? - preguntó Nadia preocupada.
- No hagamos movimientos bruscos para no asustarlo - respondió Leonel tranquilo. Los dos amigos mantuvieron la calma y observaron al pulpo durante unos minutos más.
De repente, notaron algo extraño: el pulpo tenía un hilo atascado en uno de sus tentáculos! - Creo que está atrapado - dijo Nadia preocupada. - Vamos a ayudarlo - propuso Leonel sin dudarlo. Con mucho cuidado, los dos amigos comenzaron a desenredar el hilo del tentáculo del pulpo gigante.
El animal parecía entender lo que estaban haciendo y cooperaba moviendo su cuerpo suavemente. Finalmente, lograron liberar al pulpo del hilo atrapado. El animal nadó alejándose lentamente hacia las profundidades del océano. Nadia y Leonel se sintieron felices de haber ayudado al pulpo gigante.
Aprendieron que, a veces, es importante ser valientes y ayudar a los demás, incluso si son animales desconocidos.
A partir de ese día, cada vez que volvían a la playa para bucear, buscaban al pulpo gigante con la esperanza de volver a verlo. Y aunque nunca lo encontraron nuevamente, siempre recordaban esa experiencia como una muestra de amistad entre el mar y los humanos.
FIN.