Rescate en la Laguna
Había una vez, en la Laguna del Este de Laborde, un grupo de flamencos que vivía felizmente. Estos hermosos pájaros rosados pasaban sus días volando y nadando en el agua cristalina de la laguna.
Un día, mientras exploraban los alrededores, los flamencos descubrieron que la laguna estaba muy contaminada. El agua estaba llena de basura y no podían encontrar suficiente alimento para sobrevivir. Los flamencos estaban muy preocupados por su hogar y decidieron tomar acción.
"Amigos, tenemos que hacer algo para salvar nuestra laguna", dijo Flora, una flamenco valiente y decidida. "Tienes razón", respondió Federico, otro flamenco inteligente. "Si no hacemos algo pronto, podríamos perder nuestro hogar".
Los flamencos se reunieron en asamblea y comenzaron a planificar cómo limpiar la laguna. Decidieron crear un comité de limpieza formado por ellos mismos. Cada uno tendría una tarea específica para asegurarse de que todo saliera bien.
Flora sería la líder del comité y se encargaría de organizar a todos los demás flamencos. Federico sería el encargado de buscar ayuda externa para conseguir recursos necesarios para limpiar la laguna. Con mucho esfuerzo y dedicación, los flamencos comenzaron su misión.
Algunos recogían basura del agua con sus picos largos y curvos, mientras otros organizaban grupos para llevarla hasta tierra firme. Todos trabajaban juntos como un equipo. Poco a poco, la Laguna del Este fue recuperando su belleza original.
Los peces volvieron a nadar libremente y las plantas acuáticas volvieron a crecer. Los flamencos estaban muy contentos con su trabajo, pero sabían que debían seguir cuidando de su hogar. "¡Lo logramos!", exclamó Flora emocionada.
"Gracias a todos ustedes, nuestra laguna está limpia otra vez". Federico se acercó a Flora y le dijo: "Pero no podemos bajar la guardia. Tenemos que asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir".
Los flamencos decidieron crear una campaña educativa para enseñar a los seres humanos sobre la importancia de mantener limpios los cuerpos de agua. Realizaron talleres en escuelas y hablaron con los habitantes del pueblo para concientizarlos sobre el impacto negativo de la contaminación.
La comunidad se unió al esfuerzo de los flamencos y juntos trabajaron para mantener limpia la Laguna del Este. Todos aprendieron la importancia de cuidar el medio ambiente y valorar la belleza natural que les rodeaba.
Con el tiempo, la Laguna del Este se convirtió en un ejemplo para otras lagunas cercanas, donde también se empezaron a tomar medidas para preservarlas.
Y así, gracias al esfuerzo y determinación de unos pequeños flamencos rosados, la Laguna del Este volvió a ser un lugar hermoso donde todos podían disfrutar de su tranquilidad y belleza natural.
FIN.