Rex y el viaje en el tiempo



Rex era un gato muy curioso que un día descubrió un extraño reloj en el ático de su casa. Al acercarse, el reloj comenzó a brillar intensamente y de repente, Rex se encontró en un lugar extraño, rodeado de gatitos que se miraban entre sí con desconfianza. Descubrió que había viajado en el tiempo y estaba en un lugar donde los gatos eran discriminados por el color de su pelaje. Los gatitos grises no hablaban con los blancos, los negros se burlaban de los atigrados, y los gatitos de colores brillantes eran excluidos. Rex, con su pelaje moteado, no entendía por qué existía tanta división entre ellos. Decidió que tenía que hacer algo al respecto.

Rex se acercó a un gatito blanco y le dijo: "Hola, soy Rex. ¿Por qué no hablas con los gatitos grises?"

"Porque son aburridos", respondió el gatito blanco.

Rex decidió mostrarle al gatito blanco lo divertidos que podían ser los gatos grises. Organizó una fiesta donde todos los gatitos grises demostraron su talento para hacer reír a los demás. El gatito blanco se divirtió tanto que pronto se hizo amigo de los gatos grises.

Luego, Rex se acercó a un gatito atigrado y le preguntó: "¿Por qué te burlas de los gatitos negros?"

"Porque son diferentes", respondió el gatito atigrado.

Rex organizó un juego en el que todos los gatitos tenían que unirse para buscar tesoros escondidos. Los gatitos negros resultaron ser excelentes buscadores y al final del juego, el gatito atigrado se disculpó por haberlos discriminado. Pronto, todos los gatitos se dieron cuenta de que la diversidad los hacía más fuertes y felices.

Mientras Rex ayudaba a los gatitos a superar sus prejuicios, descubrió que el reloj tenía el poder de llevarlo a diferentes momentos en el tiempo. Decidió usarlo para visitar otros lugares donde los gatos también eran discriminados. En cada lugar, Rex enseñaba a los gatitos que el color de su pelaje no definía quiénes eran y que todos merecían ser tratados con respeto.

Finalmente, Rex regresó a su propio tiempo, con el corazón lleno de alegría al recordar cómo había ayudado a tantos gatitos a unirse. Desde ese día, Rex se convirtió en un defensor de la igualdad entre los gatos, inspirando a otros a respetar y celebrar las diferencias.

Moraleja: La diversidad nos hace únicos y hermosos. Debemos aprender a apreciar y respetar a los demás sin importar su apariencia.

FIN.

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