Ricardo y el verano de las sonrisas



Ricardo era un niño muy alegre, siempre con una sonrisa en el rostro que contagiaba a todos a su alrededor. Sin embargo, cuando empezó el cole de verano, algo cambió.

Comenzó a tener rabietas y a arañar a sus compañeros, lo que preocupó mucho a su familia. Todos querían ayudarlo, pero Ricardo no sabía cómo controlar sus emociones. Un día, su abuelita le dijo: “Ricardo, sé que puedes cambiar.

Solo necesitas creer en ti mismo y en el poder de tu corazón para hacer el bien”. Estas palabras resonaron en el corazón de Ricardo, quien decidió que iba a cambiar su actitud. Se propuso llevar a cabo una serie de acciones para lograrlo.

En primer lugar, buscó ayuda de sus padres, quienes lo apoyaron en todo momento. Juntos, crearon un plan para identificar las situaciones que lo ponían nervioso y buscar alternativas para expresar sus emociones de manera positiva.

Además, Ricardo se esforzó por practicar la empatía, poniéndose en el lugar de sus compañeros y tratando de comprender sus sentimientos. Con el tiempo, Ricardo logró controlar sus rabietas y encontró nuevas formas de canalizar su energía.

Descubrió que el dibujo y la pintura eran actividades que lo relajaban, así que decidió participar en un taller de arte en el colegio. Con el apoyo de sus nuevos amigos y maestros, Ricardo demostró que podía cambiar su forma de enfrentar los desafíos.

Al final del verano, Ricardo se convirtió en un ejemplo para los demás niños, demostrando que el cambio es posible cuando uno se esfuerza y cree en sí mismo. Su familia, orgullosa de su transformación, lo celebró con una gran fiesta donde todos disfrutaron de su compañía.

Ricardo aprendió que, a veces, el mayor desafío está en nosotros mismos, pero con valentía y determinación, podemos superarlo y ser mejores personas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!