Rizzo y el Otoño Amistoso



Era una hermosa mañana de otoño, y Rizzo, el pequeño erizo, despertó sintiendo el suave crujido de las hojas bajo su piel. Las hojas caídas adornaban el suelo con sus colores amarillos, naranjas y rojos. Rizzo amaba el otoño, pero este año sentía que algo faltaba. Decidió salir a pasear por el bosque en busca de nuevos amigos.

Mientras Rizzo rodaba entre los árboles y arbustos, vio a una ardilla llamada Sara que estaba recolectando nueces. "Hola, Sara!"- saludó Rizzo, "¿Te gustaría jugar un rato?"-

Sara lo miró con una sonrisa, "¡Claro, Rizzo! Pero primero, necesito guardar estas nueces para el invierno. ¿Me ayudas?"- Rizzo, emocionado, aceptó. Juntos, recolectaron nueces y Rizzo aprendió que la amistad también implica ayudar a los demás.

Después de terminar, Rizzo y Sara decidieron explorar el bosque juntos. Mientras caminaban, encontraron un hermoso claro lleno de hojas doradas. "¡Mirá qué hermoso lugar!"- exclamó Rizzo. "Sí, es mágico. Deberíamos hacer algo especial aquí"-, sugirió Sara. Entonces, Rizzo tuvo una idea brillante: "¿Qué tal si organizamos una fiesta de otoÑo para todos nuestros amigos del bosque?"- Sara se iluminó y juntos comenzaron a planear la fiesta.

Cuando llegó el día de la fiesta, todos los animales del bosque vinieron: conejos, pájaros y hasta el sabio búho. Rizzo se sintió feliz de ver a tantos amigos reunidos. "Hoy celebramos la amistad y la belleza del otoño"-, dijo Rizzo. Todos se divirtieron bailando, jugando y compartiendo historias mientras las hojas seguían cayendo. Al final del día, Rizzo comprendió que el verdadero regalo del otoño no eran solo las hojas brillantes, sino los amigos que lo acompañaban en cada aventura.

FIN.

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