Ro y el Mundo de la Honestidad
En un pequeño pueblo lleno de colores y risas, vivía una nena llamada Ro. Era tímida y muchas veces se sentía atrapada por la ansiedad. A ella le costaba mucho hablar con sus compañeros y siempre dudaba de sí misma. Un día, mientras caminaba por el parque, se topó con un lugar al que nunca había prestado atención: un enorme árbol con un hueco en el tronco. Curiosa, se asomó y vio una luz brillante que salía de adentro. Sin pensarlo dos veces, decidió entrar.
Cuando Ro cruzó el umbral, se encontró en un mundo completamente diferente. Todo era vibrante y lleno de magia. Había criaturas fantásticas y flores que hablaban. Se dio cuenta de que había algo especial en este lugar: todo el mundo era honesto y decía lo que realmente pensaba.
"¡Hola! ¿Quién sos?" - le preguntó un conejo de colores que llevaba un sombrero.
"Soy Ro, vengo de un pueblito al otro lado de este árbol. Solo quería ver qué hay aquí. ¡Es hermoso!" - respondió ella con una sonrisa tímida.
"¡Claro que sí! Aquí, cada vez que decimos la verdad, ocurren cosas maravillosas" - le explicó el conejo, que se llamaba Tito.
Tito le mostró a Ro un jardín donde las flores agradecían a los pájaros por cantar y donde los árboles le ofrecían sombra a quienes pasaban. Todo era un intercambio de buenas acciones y palabras sinceras.
"¿Qué pasa si no digo la verdad?" - preguntó Ro.
- “Cuando alguien no es honesto, la magia se apaga y todo se vuelve gris. Pero no te preocupes, en este lugar puedes aprender a ser efectiva y clara con tus palabras” - Tito le dijo con una voz amable.
Embelesada por este nuevo mundo, Ro empezó a preguntar y a compartir sus sentimientos. Más allá de su timidez, cada vez que decía la verdad, algo bueno pasaba. Se sentía más ligera y feliz.
Un día, mientras estaba en una fiesta de frutas voladoras, vio a una tortuga muy triste.
"¿Por qué estás tan triste?" - le preguntó Ro.
"Nadie quiere jugar conmigo porque siempre me demoro" - respondió la tortuga con una voz melancólica.
Ro pensó un instante y le dijo:
"Creo que deberíamos jugar todos juntos y respetar los tiempos de cada uno. Todos somos diferentes, y eso es lo que nos hace especiales".
La tortuga sonrió por primera vez y, gracias a la honestidad de Ro, se unieron varios animales para jugar en equipo, asegurándose de que todos se divirtieran. A partir de ese día, cada vez que alguien venía al jardín, se sentía alentado a ser honesto y amable.
Sin embargo, una nube oscura se formó sobre el mundo mágico. Una criatura llamada Deshonra, famoso por hacer que las palabras se convirtieran en eco, comenzó a causar problemas al sembrar dudas y desconfianza entre los habitantes. Nadie sabía cómo enfrentarlo.
Ro, que había aprendido a ser valiente al ser honesta, decidió que era momento de actuar. Hizo un llamado a todos los animales del jardín.
"¡Debemos unirnos! Si todos juntos decimos la verdad y expresamos lo que sentimos, podemos ahuyentar a Deshonra" - propuso.
Inspirados por su valentía, todos los animales empezaron a hablar y a compartir la verdad en voz alta. Pronto, un gran rayo de luz apareció, iluminando todo el lugar. Deshonra no pudo soportar la fuerza de la honestidad y desapareció, dejando el mundo en paz nuevamente.
Ro se sintió increíblemente feliz. Todo lo que había aprendido le daba fuerza y confianza.
"No solo descubrí un lugar mágico, también encontré la mejor parte de mí misma" - les dijo a sus nuevos amigos.
Finalmente, Ro regresó a su hogar. Desde ese día, cada vez que se sentía ansiosa, recordaba la magia del mundo de la honestidad y cómo podía enfrentar cualquier desafío. Nunca dejó de contar su historia, conociendo que ser honesta era la clave para un mundo mejor.
FIN.