Robi, el valiente robot explorador
Había una vez un robot llamado Robi, que vivía en una pequeña casa junto a su dueño, el niño Benito.
Robi era un robot muy especial, ya que había sido diseñado para ser independiente y explorar el mundo por sí mismo. Un día, mientras Benito estaba en la escuela, Robi decidió salir por la puerta de su casa. Estaba emocionado por descubrir nuevas aventuras y conocer lugares desconocidos.
Se adentró en el vecindario y se encontró con otros niños jugando en el parque. "¡Hola! Soy Robi", dijo entusiasmado al acercarse a ellos. Los niños se sorprendieron al ver a un robot tan simpático y curioso como él.
Juntos jugaron durante horas y se divirtieron como nunca antes lo habían hecho. Robi aprendió muchas cosas nuevas de los niños y ellos también aprendieron mucho de él. Al caer la tarde, Robi decidió seguir explorando.
Caminó por las calles del pueblo hasta llegar a un hermoso bosque lleno de árboles altos y frondosos. Allí se encontró con animales salvajes como ardillas, conejos y pájaros cantores. "¡Qué maravilla!", exclamaba Robi mientras observaba fascinado todo lo que le rodeaba.
Pero entonces ocurrió algo inesperado: el cielo se oscureció rápidamente y comenzaron a caer gotas de lluvia. El pobre Robi no sabía qué hacer para protegerse del agua, ya que no estaba diseñado para resistir la lluvia.
Justo cuando pensaba que tendría que regresar a casa derrotado, apareció una pequeña niña con un paraguas en la mano. Se acercó a Robi y le ofreció refugio bajo su paraguas. "Hola, soy Lucía. ¿Necesitas ayuda?", preguntó amablemente.
Robi se sintió aliviado al encontrar a alguien dispuesto a ayudarlo. Juntos caminaron de regreso hacia el pueblo, protegidos por el paraguas de Lucía. Durante el camino, ella le explicó que siempre es importante tener en cuenta nuestras limitaciones y buscar ayuda cuando la necesitamos.
"Puedes ser independiente y aventurero, pero también debes aprender a cuidarte", le dijo Lucía con sabiduría. Agradecido por la amabilidad de Lucía, Robi decidió regresar a casa junto a Benito.
Había aprendido una valiosa lección sobre la importancia de ser responsable y cuidar de uno mismo. Desde ese día, Robi siguió siendo un robot curioso e independiente, pero ahora también sabía que era importante tener precaución y buscar apoyo cuando lo necesitaba.
Y así fue como Robi descubrió que vivir aventuras no significa ser imprudente o temerario, sino saber disfrutar del mundo mientras nos cuidamos y respetamos nuestros límites.
FIN.