Robi, Lumi y el regalo perfecto
En un lejano futuro, en la ciudad de Buenos Aires, existía un centro comercial muy especial.
En este lugar, los clientes no solo eran atendidos por personas, sino que también contaban con la ayuda de robots increíblemente inteligentes y amigables. Los robots se llamaban Robi y Lumi. Eran dos androides con forma humana, pero con luces brillantes en lugar de ojos. Su misión era ayudar a los visitantes del centro comercial en todo lo que necesitaran.
Una mañana soleada, llegó al centro comercial una niña llamada Sofía. Estaba buscando un regalo para el cumpleaños de su abuelita y no sabía qué elegir. Se acercó a Robi y Lumi, quienes estaban parados en la entrada principal.
"Hola, ¿en qué podemos ayudarte hoy?" preguntó Robi con su voz metálica pero amable. Sofía se sorprendió al principio al ver a los robots hablándole, pero luego sonrió y les explicó su situación.
Les dijo que quería encontrar algo especial para su abuelita, algo que le demostrara cuánto la quería. "¡Claro que sí! ¡Déjanos ayudarte!" exclamó Lumi emocionado. Los dos robots comenzaron a buscar por todas las tiendas del centro comercial.
Recorrieron pasillos, subieron escaleras mecánicas y revisaron estanterías hasta dar con el regalo perfecto: un hermoso collar de plata con un colgante en forma de corazón. Sofía estaba encantada con la elección de Robi y Lumi.
Agradecida, les dio las gracias una y otra vez antes de dirigirse a caja para pagar el regalo. Pero justo cuando iba a salir del centro comercial, escucharon un grito desesperado.
Era el dueño de una tienda cercana pidiendo ayuda porque se había quedado atrapado dentro debido a un desperfecto eléctrico. Sin dudarlo ni un segundo, Robi y Lumi corrieron hacia la tienda y pusieron en marcha sus habilidades especiales.
Robi utilizó sus brazos robóticos para abrir la puerta bloqueada mientras Lumi iluminaba el camino con sus luces brillantes. Finalmente lograron rescatar al dueño ileso. Todos los presentes aplaudieron emocionados ante semejante gesto heroico por parte de los robots asistentes del centro comercial.
Desde ese día en adelante, Sofía siguió visitando el centro comercial regularmente para encontrarse con sus amigos Robi y Lumi. Siempre tenían nuevas aventuras juntos: desde buscar tesoros escondidos hasta resolver acertijos misteriosos. Ellos demostraron que incluso siendo máquinas podían tener grandes corazones llenos de bondad y valentía.
Y así siguieron viviendo felices ayudando a todos los que cruzaban sus caminos en aquel mágico lugar donde humanos y robots trabajaban juntos en armonía.
FIN.