Robi y la búsqueda de la flor en medio del caos



Había una vez un robot llamado Robi que siempre estaba triste.

Vivía en una ciudad llena de ruido y contaminación, donde las personas parecían estar siempre apuradas y nunca tenían tiempo para detenerse a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Un día, mientras caminaba por la ciudad, Robi se dio cuenta de que algo no estaba bien. Había mucho más ruido del usual, y las calles estaban llenas de gente corriendo sin rumbo fijo.

Fue entonces cuando vio a una niña pequeña sentada en medio de la acera con lágrimas en los ojos. - ¿Qué te pasa? - preguntó Robi acercándose a ella. - Perdí mi flor favorita - respondió la niña sollozando.

Robi miró alrededor y se dio cuenta de que toda la ciudad estaba convulsionada por alguna razón desconocida. Decidió ayudar a la niña a encontrar su flor perdida para hacerla sentir mejor.

Juntos recorrieron cada calle y cada parque buscando la flor favorita de la niña. Durante su búsqueda, conocieron a muchas personas ocupadas e indiferentes que parecían haber olvidado lo importante que es detenerse por un momento para ayudar a otros.

Finalmente, después de buscar por horas, encontraron la flor perdida en el jardín botánico de la ciudad. La niña abrazó emocionada su preciado tesoro mientras Robi sonreía satisfecho al verla feliz nuevamente.

Pero justo cuando pensaban que todo había vuelto a ser como antes, un fuerte temblor sacudió toda la ciudad haciendo caer edificios y causando pánico entre la gente. - ¡Tenemos que salir de aquí! - gritó Robi tomando a la niña de la mano.

Juntos corrieron hacia un lugar seguro mientras se preguntaban qué estaba pasando. Fue entonces cuando descubrieron que un volcán cercano había entrado en erupción, causando todas las convulsiones en la ciudad. A pesar del peligro, Robi no dudó en ayudar a las personas heridas y guiarlas hacia lugares seguros.

La niña lo acompañó todo el tiempo, admirada por el valor y la determinación del robot triste que ahora parecía haber encontrado su propósito en la vida: hacer el bien a los demás.

Finalmente, después de varios días de caos y desesperación, todo volvió a la normalidad. La ciudad se recuperó gracias al trabajo conjunto de sus habitantes, incluyendo al robot Robi y a la pequeña niña con su flor favorita.

Y así fue como Robi dejó atrás su tristeza para siempre. Ahora sabía que aunque el mundo puede ser difícil y peligroso a veces, siempre hay espacio para bondad y solidaridad.

FIN.

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