Rocky, el héroe del parque
Había una vez un perro llamado Rocky que vivía con su dueña, Lucía. Rocky era un perro muy inteligente y obediente, siempre estaba dispuesto a aprender cosas nuevas.
Lucía lo quería mucho y siempre buscaba la forma de recompensarlo por ser tan bueno. Un día soleado, Lucía decidió llevar a Rocky a pasear por el parque Zambrana. El parque era grande y hermoso, lleno de árboles y flores de colores brillantes.
Había muchos niños jugando y pájaros cantando felices en los árboles. Mientras caminaban por el parque, Rocky iba olfateando todo a su paso. De repente, se detuvo frente a un lago cristalino donde unos patitos nadaban contentos.
Sin pensarlo dos veces, Rocky saltó al agua para jugar con ellos. Lucía se preocupó al verlo desaparecer bajo el agua y rápidamente corrió hacia el lago para rescatarlo. ¡Pero oh no! Ella no sabía nadar muy bien y se hundió también.
Afortunadamente, había un señor llamado Roberto que paseaba por allí con su bote de remos. Roberto vio la situación y sin dudarlo ni un segundo, remó hacia donde estaban Lucía y Rocky atrapados.
Al llegar, Roberto ayudó primero a Lucía a subir al bote y luego rescató a Rocky del agua fría del lago. Todos estaban sanos y salvos gracias al valiente acto de Roberto. Lucía estaba muy agradecida con él e insistió en recompensarlo de alguna manera.
"¡Muchas gracias por salvarnos! ¿Hay algo que podamos hacer para agradecerte?", le preguntó Lucía. Roberto sonrió y respondió: "La mejor recompensa para mí es saber que están bien. Pero si quieres hacer algo, podrías ayudarme a cuidar este hermoso parque.
Necesitamos más personas como tú que se preocupen por el medio ambiente". Lucía asintió emocionada y le prometió a Roberto que ella y Rocky se comprometerían a mantener el parque limpio y cuidado.
Desde ese día, los tres se convirtieron en amigos inseparables. A medida que pasaba el tiempo, Lucía organizaba eventos de limpieza en el parque Zambrana junto con otros voluntarios.
Juntos recogían basura, plantaban árboles nuevos y educaban a las personas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. Rocky también tenía su papel importante en esta misión. Él se convirtió en un perro guardián del parque, siempre alerta ante cualquier persona que intentara dañarlo o ensuciarlo.
Con el tiempo, el parque Zambrana se transformó en un lugar hermoso y lleno de vida gracias al esfuerzo de todos. Los niños podían jugar felices entre las flores y los pájaros volvieron a cantar con alegría.
Lucía aprendió una gran lección ese día: no importa cuán pequeño o grande sea tu acto de bondad, siempre puedes marcar la diferencia en la vida de alguien más y del mundo entero.
Desde aquel incidente en el lago, Lucía continuó premiando a Rocky con galletitas cada vez que él hacía algo bueno. Pero ahora también entendían lo importante que era cuidar y proteger el medio ambiente, y eso era una recompensa aún más valiosa.
Y así, juntos, Lucía, Rocky y Roberto vivieron felices en el parque Zambrana, inspirando a otros a hacer el bien y cuidar de nuestro hermoso planeta.
FIN.