Rocky y Candy, la aventura de una amistad canina


Candy era una caniche muy juguetona y amigable. Siempre estaba emocionada cuando su dueña, Sofía, la llevaba a pasear a la plaza. Era uno de sus lugares favoritos para jugar y correr.

Un día, mientras caminaban por el parque, Candy vio algo que llamó su atención. Era un perro callejero que parecía perdido y asustado. Se acercó a él con mucho cuidado y comenzaron a jugar juntos.

Sofía se dio cuenta de lo que estaba pasando y se acercó al perro callejero junto a Candy. La niña notó que el animal tenía una herida en la pata trasera y decidió llevarlo al veterinario. "Mamá, ¿podemos llevarlo al veterinario? Parece que está lastimado", dijo Sofia.

Su mamá estuvo de acuerdo y juntas llevaron al perro callejero al veterinario más cercano. Allí descubrieron que el perro tenía un chip de identificación pero no había sido registrado en ningún lugar.

"Parece que este perrito no tiene hogar", dijo la doctora del veterinario. Sofía no podía dejar al perro en esa situación así que decidió adoptarlo. Lo llamaron —"Rocky"  porque parecía ser un luchador valiente por haber sobrevivido solo tanto tiempo en las calles.

Candy también estaba feliz con su nuevo amigo Rocky y juntos comenzaron una nueva aventura en la vida de Sofía. Ahora tenían dos perros para pasear por la plaza todos los días.

Pero un día, mientras jugaban en el parque, Rocky volvió a lastimarse su pata trasera. Fue llevado al veterinario de inmediato y descubrieron que necesitaba una operación costosa para poder caminar bien otra vez. "Mamá, ¿cómo vamos a pagar por la operación de Rocky?", preguntó Sofia preocupada.

Su madre le explicó que tendrían que hacer algunas cosas para reunir el dinero necesario, como vender algunos objetos y pedir ayuda a amigos y familiares. Todos se unieron para ayudar a pagar la operación de Rocky.

Después de unos días, Rocky volvió del veterinario con una pierna nueva y fuerte. Candy estaba feliz de tenerlo nuevamente en casa. Sofía había aprendido mucho sobre cuidar a sus mascotas, ser responsable y trabajar duro para lograr lo que quería.

Desde ese día en adelante, Candy, Rocky y Sofía continuaron paseando juntos por la plaza todos los días, disfrutando cada momento juntos.

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