Rocky y el helado perdido


En un soleado día de primavera, Martín decidió llevar a su perro Rocky al parque para disfrutar del aire fresco y jugar juntos. Rocky era su mejor amigo, siempre leal y cariñoso, y juntos formaban el equipo perfecto.

Corrían por el pasto verde, jugaban a la pelota y se divertían explorando cada rincón del parque. Pero un descuido bastó para que Martín perdiera de vista a Rocky.

El corazón del niño se llenó de angustia al darse cuenta de que su fiel compañero había desaparecido. Buscó por todas partes, llamándolo una y otra vez, pero Rocky no aparecía. Martín sintió un nudo en la garganta y las lágrimas asomaron en sus ojos.

Decidido a encontrar a su amigo animal, Martín se puso en marcha. Recordó lo mucho que le gustaba a Rocky perseguir mariposas cerca del lago del parque, así que corrió hacia allí con la esperanza de encontrarlo.

Pero cuando llegó, no vio rastro alguno de su mascota. Desanimado pero sin rendirse, Martín decidió preguntar a las personas que estaban en el parque si habían visto a un perro negro con manchas blancas.

Recorrió cada rincón del lugar buscando pistas, pero nadie parecía haber visto a Rocky. Fue entonces cuando Martín recordó algo importante: ¡Rocky adoraba los helados! Sin perder tiempo, corrió hacia la heladería que estaba al lado del parque.

Y allí estaba su amigo animal, sentado frente al mostrador con ojos suplicantes mientras intentaba convencer al dueño de darle una muestra gratis. "¡Rocky!", exclamó Martín emocionado. El perro saltó de alegría al ver a su dueño y corrió hacia él moviendo la cola frenéticamente.

Ambos se abrazaron con fuerza mientras las lágrimas de felicidad recorrían las mejillas de Martín. "¡Nunca más te volveré a perder!", prometió el niño acariciando la cabeza de Rocky.

Desde ese día, Martín aprendió la importancia de prestar atención y cuidar bien de sus seres queridos. Nunca más permitiría que algo así volviera a pasarle a él o a Rocky. Juntos siguieron disfrutando de largos paseos por el parque, creando recuerdos inolvidables que fortalecieron aún más su hermosa amistad.

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