Roco, El Perro Rojo
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y árboles de colores vibrantes, vivía un perro muy especial llamado Roco. Roco no era un perro común, él era de un color rojo brillante que resplandecía bajo el sol. Todos en el pueblo lo querían, pero algunos niños se preguntaban por qué era diferente.
Un día, mientras paseaba por la plaza, Roco escuchó la conversación de un grupo de niños.
"Mirá, ahí viene el perro raro. ¿Por qué será que es rojo?" – dijo Lila, una niña curiosa.
"No sé, pero no se parece a los demás perros. Quizás esté perdido" – contestó Tomás, un niño que siempre iba en busca de aventuras.
Roco se sintió un poco triste al oír eso, así que decidió ir a explorar el bosque cercano. Mientras corría entre los árboles, se encontró con un zorro que también era diferente. Era azul, brillante como el cielo.
"Hola, pequeño zorro. ¿Por qué eres de color azul?" – preguntó Roco.
"Bueno, porque así soy, y me parece genial. No importa si soy diferente, siempre que sea yo mismo. ¿Y tú, por qué eres rojo?" – respondió el zorro.
Roco sonrió, sintiéndose un poco mejor.
"No lo sé, pero me gusta ser rojo. Aunque algunas veces siento que no encajo" – confesó.
"Tienes que aceptar quién eres. Al final, lo que importa es el corazón, no el color" – aconsejó el zorro.
Inspirado por sus palabras, Roco se despidió del zorro y volvió al pueblo. Decidido a demostrarles a todos que su color no era un obstáculo, se adentró en una aventura. Mañana se celebraría la carrera de perros del pueblo y él quería participar.
A la mañana siguiente, los perros del pueblo estaban nerviosos y emocionados por la carrera.
"¡Roco, no vas a correr, sos rojo y diferente!" – le dijeron varios perritos que pensaban que era mejor no intentarlo.
Pero Roco, con determinación en su mirada, dijo:
"¡Voy a correr! Ser diferente no significa que no pueda hacerlo. Voy a mostrarles que todos podemos ser lo que queramos ser!"
Los habitantes del pueblo comenzaron a reirse y a murmurar. Roco no se dejó llevar por los comentarios y se alineó en el punto de partida. Cuando sonó el silbato, todos los perros salieron corriendo, y Roco dio lo mejor de sí.
No sólo corrió con todas sus fuerzas, sino que además animó a los demás perros diciendo:
"¡Vamos, amigos! ¡Todos juntos podemos!"
El camino comenzó a llenarse de risas. Mientras avanzaba, Roco encontró un perro que se había caído.
"¡Ayuda! ¡No puedo levantarme!" – exclamó el perro con tristeza.
"¡No te preocupes! ¡Yo te ayudo!" – respondió Roco, y usando su empuje rojo logró ayudar a su amigo a levantarse. Juntos, continuaron corriendo.
Al final, Roco llegó a la meta en una posición inesperada. No ganó la carrera, pero recibió una gran ovación de los demás perros y de los habitantes del pueblo.
"¡Bravo, Roco! ¡Eres el mejor!" – gritó Lila, con un brillo en los ojos.
"Sí, Roco, fuiste increíble y nos enseñaste a todos que ser diferente es una gran cosa!" – añadió Tomás.
Roco se sintió feliz y orgulloso.
"Gracias, amigos. Ser diferente nos hace únicos, y eso es lo que nos hace especiales. ¡La próxima vez, quiero ver a todos los que se sientan diferentes participar!"
A partir de ese día, en el pueblo se celebró la "Carrera de los Colores", donde todos podían mostrar su talento, sin importar su diferencia. Roco se convirtió en el héroe del pueblo, no solo por ser un perro rojo, sino porque enseñó a todos a aceptar y celebrar sus diferencias.
Y así, en un lugar donde un perro rojo se sintió diferente pero valiente, todos aprendieron que lo importante es ser fiel a uno mismo y siempre ayudar a los demás, sin importar el color de su pelaje.
FIN.