Roger, el canguro libre



Había una vez en la sabana africana un pequeño canguro llamado Roger. Roger había perdido a su mamá cuando era solo un bebé, cazadores ilegales habían acabado con su vida dejando a Roger completamente solo y desamparado.

Un día, mientras patrullaba la zona, el valiente militar Aldric vio al pequeño canguro que estaba en mal estado. Su corazón se llenó de compasión al ver al indefenso animalito luchando por sobrevivir.

Sin dudarlo, lo recogió con cuidado y lo llevó a la base militar cercana. En la base, el doctor de turno examinó a Roger y se dio cuenta de lo grave que estaba su situación.

El doctor decidió hacer todo lo posible para salvarlo y cuidarlo como si fuera su propio hijo. Día tras día, el doctor dedicó tiempo y esfuerzo para ayudar a Roger a recuperarse. Con paciencia y amor, Roger comenzó a mejorar poco a poco.

El doctor le brindaba alimentos nutritivos, le enseñaba juegos para ejercitar sus piernas y le daba mucho cariño. Pronto, el pequeño canguro empezó a saltar de alegría por la base militar.

"¡Gracias por salvarme, doctor! ¡Eres como mi nuevo papá!", dijo emocionado Roger mientras abrazaba al amable médico. "No hay de qué, querido Roger. Todos merecen una segunda oportunidad en la vida", respondió el doctor con una sonrisa tierna en su rostro. Roger aprendió muchas cosas durante su estadía en la base militar.

Aprendió sobre el valor de la amistad, la importancia del cuidado del medio ambiente y la necesidad de proteger a las especies vulnerables como él mismo.

Un día, cuando ya estaba completamente recuperado, llegó el momento de que Roger regresara a su hábitat natural en la sabana africana. Aunque extrañaría al doctor y a sus amigos militares, sabía que era donde realmente pertenecía.

"¡Buena suerte, querido Roger! Siempre te recordaremos", despidieron los soldados mientras veían partir al ahora fuerte canguro hacia su hogar en libertad. Roger nunca olvidaría todo lo que vivió junto al doctor y los militares.

Siempre llevaría consigo las enseñanzas recibidas: ser valiente frente a las adversidades, ser solidario con quienes más lo necesitan y nunca perder la esperanza aunque todo parezca perdido. Y así fue como Roger se convirtió en un símbolo de superación y resiliencia para todos aquellos que conocieron su increíble historia en aquella remota base militar en África.

FIN.

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