Roma y los pensamientos felices


Roma era una niña de 6 años muy valiente y aventurera. Siempre estaba dispuesta a explorar nuevos lugares y descubrir cosas fascinantes. Pero había algo que la asustaba mucho: dormir sola en su habitación.

Cada noche, Roma se acostaba en su cama con sus peluches favoritos, pero apenas apagaba la luz, comenzaba a sentir miedo. Imaginaba sombras extrañas en las paredes y ruidos espeluznantes debajo de la cama.

Por más que intentara tranquilizarse, no podía evitar sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Roma les confesó su temor a dormir sola.

Sus amigos trataron de animarla diciéndole que no había nada que temer, pero ella seguía sintiéndose insegura. Fue entonces cuando apareció Martín, un niño mayor del barrio que todos admiraban por ser muy inteligente y astuto.

Martín escuchó atentamente el problema de Roma y le dijo:"Roma, ¿sabías que los miedos son como monstruos imaginarios? Parecen muy reales e intimidantes, pero en realidad no existen. "Roma lo miró sorprendida. "¿Cómo es eso?"—"Bueno" , explicó Martín"- Cuando nos da miedo algo es porque nuestra mente está creando imágenes negativas sobre ello.

Pero si aprendemos a controlar nuestra mente podemos cambiar esas imágenes por otras más positivas. "Roma se quedó pensando en lo que acababa de decirle Martín. "Entonces ¿cómo puedo controlar mi mente?"- preguntó. "Es fácil", respondió Martín con una sonrisa.

"Solo tienes que imaginar algo bonito y agradable antes de dormir. Puede ser un paisaje hermoso, una canción que te guste o una historia divertida. Así tu mente se concentrará en eso y no tendrás espacio para los miedos.

"Roma asintió con la cabeza, entendiendo lo que Martín le decía. "¡Gracias Martín! ¡Eres el mejor!"Esa noche, Roma se acostó en su cama y cerró los ojos.

Al principio sintió un poco de temor, pero luego recordó las palabras de Martín y comenzó a imaginar un jardín lleno de flores multicolores. Se imaginaba corriendo por entre las flores y persiguiendo mariposas. De repente, se dio cuenta de que ya no sentía miedo.

Había logrado controlar su mente y cambiar sus pensamientos negativos por otros más felices. Desde ese día, Roma aprendió a vencer sus miedos gracias al consejo de su amigo Martín.

Ya no tenía problemas para dormir sola en su habitación porque sabía cómo controlar su mente y mantenerla ocupada con pensamientos positivos. Y así, Roma siguió explorando nuevos lugares sin temor alguno, convirtiéndose en una niña valiente e intrépida como siempre había sido.

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