ROmna, la perrita valiente
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Roma, una mascota muy especial llamada ROmna.
Era una perrita muy inteligente y curiosa que vivía con su dueña, la señorita Ana, quien era maestra de la clase de tercer grado del colegio local. ROmna siempre estaba presente en las clases y se convertía en la compañera inseparable de los niños.
Un día, mientras los alumnos estudiaban sobre la antigua Roma, ROmna se sintió inspirada para contarles cómo había sido su vida en aquellos tiempos tan lejanos. La perrita comenzó a contarles que ella también había vivido en Roma hace muchos años atrás.
Les explicó cómo eran las calles empedradas por donde caminaban los romanos y cómo se construían los impresionantes edificios como el Coliseo. "Chicos, ustedes no pueden imaginar lo emocionante que era vivir allí", les dijo ROmna entusiasmada. "Cada día era una aventura llena de descubrimientos".
Los niños escuchaban atentamente mientras ROmna continuaba relatando sus experiencias romanas. Les contó sobre el sistema de gobierno republicano y cómo funcionaba el Senado Romano. También les habló sobre los gladiadores y las emocionantes batallas que tenían lugar en el Coliseo.
"Pero eso no es todo", exclamó ROmna con emoción. "¡También existían grandes inventos como acueductos para llevar agua a toda la ciudad y termas donde nos bañábamos!". Los niños quedaron fascinados con todas estas historias y comenzaron a hacerle preguntas a ROmna.
Querían saber cómo era su casa en la antigua Roma y cómo se divertía. "Mi casa era pequeña pero acogedora", respondió ROmna. "Tenía un jardín donde jugaba con mis amigos perritos romanos y también tenía un patio donde disfrutábamos del sol".
ROmna les contó que los juegos eran muy importantes para los niños romanos y que a ellos les gustaba jugar al escondite, al balón y a las carreras.
Además, les explicó que también había escuelas donde aprendían matemáticas, literatura e incluso música. Pero una tarde, mientras ROmna continuaba relatando sus aventuras romanas, algo inesperado sucedió. Un grupo de ladrones irrumpió en la clase y comenzaron a robar todo lo que encontraban a su paso.
Los niños estaban asustados, pero ROmna no se dejó intimidar. Con valentía, corrió hacia los ladrones ladrando fuertemente para llamar la atención de las autoridades. Los ladrones intentaron huir, pero gracias a ROmna fueron atrapados antes de poder escapar.
La señorita Ana estaba muy orgullosa de ROmna y le dio un gran abrazo por su valentía. Los niños también aplaudieron emocionados por el acto heroico de su mascota.
Desde aquel día, todos valoraron aún más la presencia de ROmna en la clase. Aprendieron sobre la historia romana junto a ella y entendieron que cada uno puede marcar una diferencia si tiene el coraje suficiente para enfrentar los desafíos.
Y así fue como ROmna se convirtió en una verdadera heroína, dejando una huella imborrable en la vida de los niños y demostrándoles que siempre hay algo valioso que aportar al mundo, sin importar cuán pequeños seamos.
FIN.