rompiendo estereotipos


En un hermoso barrio de la ciudad vivía Lucas, un niño curioso y encantador de 4 años. Lucas adoraba pasar tiempo con su familia, ya que cada uno de ellos tenía roles especiales y únicos.

Un día, su maestra le pidió que dibujara a su familia y les contara a sus compañeros sobre cada miembro. Lucas estaba emocionado por mostrarle al mundo lo especial que era su familia. "Mi familia es fantástica", exclamó Lucas.

"Mi mamá es una chef increíble, siempre cocina las comidas más deliciosas para nosotros. Mi papá es un genio arreglando cosas, ¡puede arreglar cualquier cosa rota! Mi hermana mayor es una valiente bombera, está lista para ayudar a cualquier persona en peligro. Y yo quiero ser...

¡una bailarina!". Los niños en la clase quedaron sorprendidos. Uno de ellos preguntó: "¿Por qué querés ser bailarina si sos un nene?". Lucas respondió con una sonrisa: "Porque me encanta bailar, ¿por qué no iba a poder hacerlo?".

Los niños asintieron con curiosidad. Al día siguiente, sus padres fueron invitados a la clase para hablar sobre sus trabajos.

La mamá de Lucas demostró cómo preparar un delicioso plato, su papá mostró cómo arreglar una lámpara, su hermana mayor les contó sobre su valiente labor como bombera y Lucas les mostró a todos sus movimientos de baile.

¡Los niños quedaron abrumados por lo asombroso que era cada miembro de la familia de Lucas! A partir de ese día, los niños comprendieron que no importa el género, cada persona puede ser lo que desee. Y así, Lucas ayudó a romper los estereotipos de género con el ejemplo amoroso de su familia maravillosa.

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