Rosalía y su maravilloso hermano



Rosalía era una niña llena de energía y entusiasmo. Vivía en una pequeña casa con su mamá, su papá y su hermanito Juanito. Rosalía quería un montón a su hermano y siempre buscaba la forma de cuidarlo y hacerlo feliz. Un día, mientras jugaban en el jardín, Juanito tropezó y se lastimó la rodilla.

- ¡Ay! Me duele mucho, Rosalía.

Rosalía, preocupada, lo ayudó a levantarse y lo llevó hasta su mamá. Después de curar la herida, Rosalía tuvo una idea.

- Mamá, ¿podemos hacer una competencia de quién cuida mejor a Juanito? Quiero demostrarle que lo quiero un montón.

La mamá sonrió y aceptó el desafío. Durante la semana, Rosalía se esmeró en hacer reír a Juanito, ayudarlo en sus tareas y estar siempre atenta a sus necesidades. Juanito se sentía muy feliz con tanto amor y cuidados, y la mamá estaba encantada de ver a sus hijos tan unidos.

Un día, mientras paseaban por el parque, vieron a un niño triste y solitario.

- ¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó Rosalía con una gran sonrisa.

El niño respondió tímidamente y les contó que todos en la escuela se burlaban de él por ser diferente.

- ¡Eso está mal! Tú eres genial tal como eres. ¿Quieres jugar con nosotros? -propuso Juanito.

El niño, sorprendido, aceptó la invitación. Los tres niños jugaron y se divirtieron juntos, olvidando por un momento las preocupaciones.

Desde ese día, Rosalía, Juanito y su nuevo amigo se convirtieron en inseparables. Aprendieron que el amor, la comprensión y la amistad son tesoros que vale la pena compartir con todos. Y Rosalía seguía queriendo un montón a su hermano, pero ahora también quería un montón a su nuevo amigo.

FIN.

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