Rosita y el desafío del lobo feroz


Había una vez en un bosque encantado una niña llamada Rosita, conocida por todos como la más valiente y astuta de la región.

Un día, su abuela enfermó y Rosita decidió llevarle una canasta llena de alimentos para que se recuperara pronto. Sin embargo, en el camino hacia la casa de su abuela, Rosita se encontró con el temible lobo feroz que habitaba en el bosque.

El lobo, con una sonrisa maliciosa, le preguntó a dónde iba tan apurada. - ¡Hola, pequeña Rosita! ¿A dónde te diriges con esa canasta tan grande? -preguntó el lobo con voz melosa.

Rosita, sin perder la compostura, respondió con determinación: - Voy a visitar a mi abuelita que está enferma y necesita esta comida para sentirse mejor. El lobo pensó rápidamente en un plan para quedarse con la comida y de paso asustar a la valiente niña.

- ¿Y si te ayudo a llevar esa pesada canasta hasta la casa de tu abuelita? Seguro llegaremos más rápido si vamos juntos -propuso el astuto lobo. Pero Rosita no se dejaba engañar fácilmente y sabía del peligro que representaba aquel lobo hambriento. - No te preocupes, señor Lobo.

Yo puedo cargar esta canasta perfectamente y sé llegar muy bien sola a casa de mi abuela -respondió decidida. El lobo, frustrado al ver que su plan fallaba, decidió cambiar de estrategia. - Bueno, pequeña Rosita.

Te dejaré ir por esta vez, pero ten cuidado en este bosque peligroso. Nunca se sabe qué criaturas malvadas puedes encontrar por aquí -advirtió el lobo mientras se alejaba entre los árboles.

Rosita continuó su camino con precaución hasta llegar finalmente a la casita de su abuelita. Al entrar vio al lobo disfrazado intentando engañar a su querida abuela. - ¡Abuelita! ¡Cuidado! ¡Ese no es realmente tú! -exclamó Rosita corriendo hacia ella.

La valiente niña logró ahuyentar al falso lobo antes de que pudiera hacerle daño a su abuelita. Juntas compartieron los alimentos llevados por Rosita y pasaron un hermoso día conversando y riendo en compañía.

Desde ese día en adelante, Rosita siguió demostrando su valentía y astucia ante cualquier desafío que se presentara en el bosque encantado. Y tanto ella como su abuelita vivieron felices sabiendo que juntas podían superar cualquier obstáculo gracias al amor familiar y a la inteligencia frente al peligro.

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