Rosita y sus amigos al rescate
Había una vez en un hermoso jardín, una pequeña oruga llamada Rosita. Rosita era muy curiosa y siempre estaba explorando cada rincón en busca de aventuras.
Un día, mientras caminaba por una hoja, se encontró con su amiga la mariquita, que estaba triste. "¿Qué te pasa, amiga mariquita?", preguntó Rosita preocupada. "Estoy triste porque no sé volar como las mariposas", respondió la mariquita con voz apagada.
Rosita pensó por un momento y luego le dijo alegremente: "¡No te preocupes! Yo tengo una idea. Ven conmigo". Y juntas se dirigieron hacia el árbol más alto del jardín. Al llegar al árbol, Rosita subió por el tronco y desapareció entre las ramas.
La mariquita esperaba abajo, impaciente por saber qué pasaría. De repente, escuchó a Rosita gritar desde arriba: "¡Mariquita, ven rápido!".
La mariquita voló hasta donde estaba Rosita y vio maravillada cómo su amiga se había convertido en una hermosa mariposa de colores brillantes. "¡Rosita, eres increíble!", exclamó la mariquita emocionada. "Ahora tú también puedes volar", dijo Rosita con una sonrisa. La mariquita no lo podía creer. Se sentía feliz y agradecida por tener una amiga tan especial como Rosita.
Juntas volaron por todo el jardín, viviendo mil aventuras y descubriendo nuevos lugares llenos de magia.
Un día, mientras exploraban un campo de flores silvestres, se encontraron con una abeja trabajadora que estaba cansada de tanto recolectar néctar para la colmena. "¿Por qué estás tan cansada?", preguntó Rosita con curiosidad. La abeja suspiró y respondió: "Es que tenemos mucho trabajo y a veces siento que no puedo más".
Rosita miró a la abeja con ternura y le dijo: "No estás sola. Nosotras podemos ayudarte". Y así fue como las tres amigas comenzaron a trabajar juntas recolectando néctar para llevarlo a la colmena. Día tras día, las tres amigas colaboraban en equipo para lograr su objetivo.
La abeja recuperó su alegría al ver cómo juntas lograban hacer el trabajo más fácil y divertido.
Con el tiempo, otras criaturas del jardín se unieron al grupo de amigos formado por la oruga transformada en mariposa, la mariquita voladora y la abeja trabajadora. Todos aprendieron que trabajando en equipo y apoyándose mutuamente podían superar cualquier desafío que se les presentara.
Y así fue como Rosita enseñó a sus amigos que no importa cuán pequeños o diferentes sean, siempre pueden lograr grandes cosas si están unidos y tienen fe en sí mismos. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero nuestra amistad ha empezado. "
FIN.