Ruedas, el héroe valiente



Ruedas era un cachorro de san Bernardo muy juguetón y curioso. Vivía en una granja rodeado de otros animales con los que le encantaba jugar.

Un día, mientras correteaba por el campo persiguiendo mariposas, escuchó un ruido extraño que lo asustó. Era un auto que se acercaba a toda velocidad. Sin darse cuenta, Ruedas se detuvo justo en el camino del auto, y antes de que pudiera reaccionar, ¡pum! El auto pasó por encima de su colita.

Ruedas gritó de dolor y corrió llorando hacia la granja. La mamá gallina, doña Cocorota, al ver a Ruedas tan afligido, fue corriendo a consolarlo.

"-¿Qué te pasó, querido Ruedas? ¿Por qué lloras?" -preguntó doña Cocorota con voz preocupada. "-¡Un auto pasó por mi colita! ¡Me duele mucho!" -sollozaba Ruedas entre lágrimas. Doña Cocorota acarició a Ruedas con ternura y le dijo: "-Tranquilo, querido Ruedas. Las heridas sanan con el tiempo y el amor.

Tienes que ser valiente y seguir adelante. "Ruedas se secó las lágrimas y decidió no dejarse vencer por el dolor. Aunque cojeaba un poco por la herida en su colita, siguió jugando con sus amigos en la granja.

Todos los animales lo admiraban por su valentía y determinación. Días después, llegó al pueblo la feria anual de mascotas. Habría concursos de belleza canina y pruebas de habilidad para perros inteligentes.

Ruedas estaba emocionado y decidió participar a pesar de su pequeño percance con el auto. El día del concurso llegó y Ruedas deslumbraba a todos con su pelaje brillante y sus ojos llenos de alegría.

En la prueba de obediencia demostró ser muy inteligente siguiendo todas las indicaciones al pie de la letra. Finalmente llegó la prueba más esperada: ¡la carrera de obstáculos! Ruedas estaba nervioso pero decidido a dar lo mejor de sí mismo.

Con agilidad saltaba los obstáculos como si volara sobre ellos, sorprendiendo a todos los presentes. Al final del día, anunciaron al ganador del concurso: ¡Ruedas! El público estalló en aplausos y vítores mientras Ruedas recibía su medalla con orgullo.

Desde ese día, Ruedas se convirtió en todo un héroe en la granja y en el pueblo cercano. Su historia inspiradora demostraba que no importa cuántos obstáculos encuentres en tu camino; siempre puedes superarlos si tienes valentía, determinación y amor propio.

Y así fue como Ruedas aprendió una gran lección: que las adversidades pueden convertirse en oportunidades para crecer y brillar aún más fuerte. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡por ahora!

FIN.

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