Rufino y la granja unida
En una granja muy lejana, había un cerdito llamado Rufino. A diferencia de los demás animales, Rufino no tenía miedo de los lobos que rondaban por los alrededores.
Todos en la granja se preguntaban cómo era posible que el pequeño cerdito no sintiera temor alguno hacia esas feroces criaturas. Un día, mientras los otros animales estaban reunidos en el granero hablando sobre los peligros de los lobos, Rufino decidió salir a pasear por el bosque.
Al adentrarse en la espesura, se encontró cara a cara con un lobo hambriento y feroz. "¡Hola amigo lobo! ¿Cómo estás hoy?", saludó amablemente Rufino.
El lobo, sorprendido por la valentía del cerdito, respondió con desconfianza: "¿Por qué no tienes miedo de mí como todos los demás? Soy un lobo y mi instinto es cazarte". Rufino sonrió y dijo: "Sé que eres un lobo, pero también sé que puedo confiar en ti.
No todos tenemos que ser enemigos solo por lo que somos". El lobo quedó perplejo ante las palabras del cerdito valiente. Nunca antes había conocido a alguien tan sabio y comprensivo como Rufino.
Decidió entonces contarle sobre su difícil situación y cómo la falta de alimento lo había llevado a considerar atacar a los animales de la granja. Rufino escuchó con atención al lobo y después de pensar un momento le propuso: "No necesitas atacar a nadie para alimentarte.
En nuestra granja hay suficiente comida para todos. Además, podrías ayudarnos a protegernos de otros peligros si te unes a nosotros". El lobo, conmovido por la generosidad y nobleza de Rufino, aceptó encantado la propuesta.
Juntos regresaron a la granja donde fueron recibidos con asombro por el resto de animales. A partir de ese día, el cerdito valiente y el lobo feroz trabajaron juntos para mantener segura la granja.
Los demás animales aprendieron que no siempre es necesario tener miedo de aquellos que parecen diferentes o amenazantes. La historia del cerdito valiente en la granja se convirtió en ejemplo de tolerancia, amistad y valentía para todos sus habitantes.
Y así, gracias a la bondad y coraje de Rufino, lobos y demás animales vivieron en armonía sin importar sus diferencias.
FIN.