Rufus, el héroe de María
Había una vez en un pequeño pueblo argentino, una niña llamada Sara que tenía un perro muy malo llamado Rufus. Sara solía ser muy cruel con Rufus, le gritaba y lo golpeaba sin razón.
Rufus, triste y asustado, se comportaba de manera agresiva con todos a su alrededor. Un día, en la escuela, Sara conoció a María. María era todo lo contrario a Sara: amable, cariñosa y siempre dispuesta a ayudar a los demás.
A pesar de las diferencias entre ellas, pronto se convirtieron en grandes amigas. María notó cómo Sara trataba a Rufus y le dijo: "Sara, los animales merecen amor y respeto, no maltrato".
Pero Sara solo se rió y continuó tratando mal a su pobre perro. Un fin de semana, María fue a visitar a Sara a su casa. Mientras jugaban en el jardín, Rufus se acercó lentamente hacia María y de repente la mordió.
María gritó de dolor mientras el perro seguía atacándola hasta que finalmente desapareció con ella entre sus fauces. Sara entró en pánico al ver lo que había hecho su mascota. Llorando desconsoladamente corrió en busca de ayuda.
La policía y los vecinos buscaron por todas partes pero no encontraron rastro alguno de María. Días después, cuando ya todos habían perdido la esperanza de encontrarla viva, ocurrió algo inesperado: Rufus regresó solo al pueblo con Maria sana y salva montada sobre él.
María explicó que Rufus la llevó hasta una cueva donde la cuidó y protegió hasta que logró escapar. Desde ese momento todo cambió para Sara; aprendió la importancia del amor hacia los animales y cómo las acciones crueles tienen consecuencias terribles.
Sara se disculpó sinceramente con María por todo lo ocurrido y prometió cambiar su actitud hacia los animales. Desde entonces, junto a María comenzaron una campaña para concientizar sobre el cuidado responsable de las mascotas en el pueblo.
La historia de cómo el perro malo se convirtió en héroe enseñó a todos una gran lección: nunca subestimar el poder del amor y la bondad para transformar incluso las situaciones más difíciles.
FIN.