Rumbo al hogar en moto



Había una vez una familia que vivía en la ciudad de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba.

Papá era un hombre trabajador y amante de las motos Kawasaki, mientras que mamá tenía problemas cervicales que a menudo la dejaban mareada. Un día, papá decidió llevar a mamá a dar un paseo en moto por los hermosos paisajes de la zona. Mamá estaba un poco preocupada por su cuello, pero confiaba en papá y aceptó el paseo.

- ¿Estás lista para sentir el viento en tu cara? -preguntó papá emocionado. - Sí, estoy lista -respondió mamá con una sonrisa nerviosa. La pareja se subió a la moto y comenzaron su aventura.

El viento soplaba fuerte y el sol brillaba intensamente sobre ellos. Pronto llegaron a una colina desde donde podían ver todo el valle extendido ante sus ojos. - ¡Mira qué hermosa vista! -exclamó papá entusiasmado. - Es impresionante -dijo mamá asombrada-.

Pero creo que necesito descansar un poco. Papá detuvo la moto al lado del camino para que mamá pudiera estirar sus piernas y descansar su cuello dolorido.

Mientras tanto, unos niños pasaron corriendo cerca de ellos llevando unas cometas coloridas detrás de ellos. - ¡Qué divertido sería volar una cometa! -dijo papá mirándolos con nostalgia. De repente se le ocurrió una idea: podría comprarles una cometa a los niños y hacerla volar con mamá cuando se sintiera mejor.

- ¿Te gustaría volar una cometa conmigo? -preguntó papá entusiasmado a mamá. - ¡Por supuesto! -respondió ella sonriendo. Papá fue a buscar a los niños y les compró una hermosa cometa. Juntos, papá y mamá hicieron volar la cometa en el cielo azul.

Mamá se olvidó de su dolor de cuello mientras se divertían juntos. Mientras tanto, un perro callejero había estado observando desde lejos. Se acercó lentamente y comenzó a jugar con ellos también.

Papá decidió adoptarlo y llevarlo a casa como nuevo miembro de la familia. Desde ese día, la familia hizo más paseos en moto juntos, pero siempre llevaban la cometa para disfrutar del viento sin tener que preocuparse por el dolor de cuello de mamá.

Y así vivieron felices para siempre, recordando que incluso cuando las cosas parecen difíciles, siempre hay formas creativas e innovadoras de superarlas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!