Rústico y la transformación ecológica de la ciudad
En una ciudad no muy lejana, vivía un contenedor de basura llamado Rústico. Rústico era un contenedor muy especial, ya que a diferencia de sus compañeros, él siempre estaba limpio y ordenado.
Mientras los demás contenedores rebalsaban de basura y desechos, Rústico se mantenía impecable. Un día, llegaron dos niños curiosos llamados Sofía y Tomás. Ellos estaban cansados de ver tanta basura en las calles y decidieron hacer algo al respecto.
- ¡Mira Sofía, este contenedor está tan limpio! -exclamó Tomás señalando a Rústico. - Sí, es increíble. Deberíamos preguntarle cómo lo hace -respondió Sofía con admiración. Los niños se acercaron a Rústico y le preguntaron cuál era su secreto para estar siempre tan limpio.
Rústico les explicó que él estaba comprometido con el cuidado del medio ambiente y que cada vez que alguien tiraba basura en él, él la separaba y la enviaba a reciclar.
Sofía y Tomás quedaron impresionados por la historia de Rústico y decidieron seguir su ejemplo. Comenzaron a reagarrar la basura de las calles, separarla adecuadamente y llevarla a los lugares correctos para reciclar.
Día tras día, más niños se unieron a la misión de Sofía y Tomás inspirados por la historia de Rústico. Pronto, toda la ciudad comenzó a cambiar: las calles estaban más limpias, se reducían los desechos contaminantes y el aire se sentía más puro. Pero no todo sería fácil.
Un día, llegó un camión recolector de basura malvado llamado Tronchador. Tronchador odiaba ver las calles limpias porque eso significaba menos trabajo para él. - ¡Hey ustedes! ¿Qué creen que están haciendo? -gritó Tronchador amenazante-.
¡Dejen de limpiar las calles! - Lo siento Tronchador, pero estamos comprometidos con el cuidado del medio ambiente -respondió valientemente Sofía. Tronchador intentó asustar a los niños con su ruido ensordecedor e intentó bloquearles el paso con su enorme tamaño; sin embargo, los niños no se rindieron.
Con ingenio e imaginación lograron esquivar al camión malvado y continuar con su labor ambiental.
Finalmente, gracias al esfuerzo conjunto de todos los habitantes (incluyendo a Rústico), lograron transformar por completo la ciudad en un lugar limpio y sostenible donde todos podían disfrutar de un ambiente saludable.
Desde ese día en adelante, Rústico fue conocido como el "Contenedor Inspirador" y su historia se transmitió por generaciones como ejemplo de cómo una pequeña acción puede provocar grandes cambios positivos en el mundo.
FIN.