Sabores, Colores y Amor Familiar
Enol estaba emocionado. Había escuchado muchas historias sobre la India en la escuela y en los libros que le leía su mamá antes de dormir.
Siempre había soñado con conocer ese país lleno de colores, sabores y tradiciones tan diferentes a las de su hogar en Argentina. Un día, Enol recibió una sorpresa muy especial: sus papás habían decidido llevarlo a la India para que pudiera vivir todas esas experiencias que tanto anhelaba.
¡Estaba tan feliz que no podía contener su emoción! El viaje en avión fue largo, pero Enol no se aburrió ni un segundo. Miraba por la ventanilla maravillado al ver cómo cambiaban los paisajes desde arriba.
Finalmente, llegaron a la India y desde el primer momento se sintió como si estuviera en otro mundo. "¡Mira, Enol! Aquí venden deliciosas especias y té chai", dijo su mamá señalando un puesto callejero lleno de aromas exóticos. Enol probó el té chai y le encantó.
Era diferente a todo lo que había probado antes, pero le resultó delicioso. Caminaron por calles estrechas llenas de gente vestida con saris coloridos y turbantes brillantes. En cada esquina veía algo nuevo y emocionante.
"¿Qué es eso?", preguntó Enol señalando unas vacas sagradas que caminaban tranquilamente por la calle. "Son vacas sagradas, Enol. Aquí son consideradas animales muy especiales", explicó su papá. Enol quedó impresionado con lo respetuosos que eran todos hacia las vacas.
Aprendió que en la India hay costumbres y tradiciones muy diferentes a las de su país, pero todas igual de valiosas y respetables.
Un día, mientras paseaban por un mercado bullicioso, Enol se separó sin darse cuenta de sus papás. Se sintió asustado al principio, pero recordó lo que le habían enseñado sobre mantener la calma en situaciones difíciles. "Tranquilo, Enol. Vamos a encontrarte", escuchó una voz conocida detrás suyo.
Era su mamá, quien lo abrazó con fuerza al encontrarlo sano y salvo entre tanta gente desconocida. Ese incidente hizo que Enol valorara aún más el amor y cuidado de su familia. Los días pasaron volando y llegó el momento de regresar a casa.
Enol estaba triste por dejar atrás tantas nuevas experiencias e amigos que había hecho en la India, pero sabía que siempre llevaría consigo los recuerdos felices de ese viaje inolvidable.
Al llegar a Argentina, Enol contaba emocionado a todos sus amigos las aventuras vividas en la India: los sabores nuevos, los colores brillantes, las vacas sagradas...
Y aunque ya estaba en casa nuevamente, una parte de él siempre estaría allí donde descubrió un mundo tan diferente al suyo pero igualmente maravilloso.
FIN.