Salma y el Gran Descubrimiento
En la lejana prehistoria, en un pequeño y colorido poblado rodeado de montañas y ríos caudalosos, vivía una niña llamada Salma. Salma era curiosa y aventurera, siempre soñando con descubrir cosas nuevas. Mientras otros niños jugaban a buscar frutas o a correr tras de sus madres, ella prefería explorar el bosque, donde los árboles eran altos y las flores, de colores vibrantes.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Salma escuchó un extraño ruido que provenía de detrás de unos arbustos. Cuando se acercó, vio un grupo de animales que nunca había visto antes. Había un ciervo con cuernos brillantes, una ardilla de cola esponjosa y un pequeño zorro que se asomaba tímidamente.
"¡Hola, amigos!" - saludó Salma con una gran sonrisa. "¿Qué hacen aquí?"
Los animales la miraron con curiosidad, y el ciervo respondió: "Estamos buscando un lugar seguro para jugar, pero siempre nos asustamos un poco."
Salma se emocionó ante la idea de tener nuevos amigos. "¿Por qué no jugamos juntos?" - sugirió. "Podemos construir una cueva para que se sientan seguros."
Los animales se miraron entre sí, un poco escépticos. Pero el zorro, que era muy curioso, dijo: "¡Está bien! Pero, ¿cómo lo haremos?"
Salma pensó por un momento y respondió: "Podemos usar ramas, hojas y piedras. Yo tengo un hacha de piedra que mi papá me enseñó a usar."
Con la ayuda de su hacha, Salma comenzó a cortar las ramas más pequeñas, mientras que los animales buscaban hojas y piedras del lugar. Pronto, se unieron otros niños del poblado que vieron la actividad y decidieron ayudar. Juntos, construyeron una hermosa cueva que se volvió el refugio del bosque.
Pero, mientras jugaban, comenzaron a acercarse nubes oscuras y escucharon un rugido a lo lejos.
"¿Qué es ese ruido?" - preguntó uno de los niños.
"Parece que se viene una tormenta. ¡Rápido, debemos refugiarnos!" - clamó Salma.
Todos corrieron hacia la cueva que habían construido. Una vez dentro, Salma, viendo que los animales estaban asustados, decidió contar una historia sobre héroes y aventuras.
"Cuando el cielo se oscurece, significa que se está llenando de fuerza. Recuerden que después de la tormenta, siempre sale el sol y todo vuelve a brillar. ¡Y nosotros seremos valientes, como los grandes guerreros de nuestra tribu!" - decía, mientras todos escuchaban atentamente.
Después de un rato, la tormenta pasó y el sol emergió de nuevo.
Al salir de la cueva, los animales y los niños quedaron asombrados al ver que toda la naturaleza estaba fresca y llena de vida. “Miren, las flores han crecido más que antes”, dijo el ciervo.
De repente, Salma tuvo una idea brillante. "¡Juguemos a encontrar todas las flores de colores!" - propuso.
Así, lo hicieron. Con cada nueva flor que encontraban, Salma les contaba historias sobre los colores y cómo aquellos podían hacer feliz a cualquier persona.
Cuando finalmente regresaron a su poblado, los adultos notaron que los niños y los animales estaban juntos. "¿Qué hicieron hoy?" - preguntó la madre de Salma.
"Creamos un lugar para jugar y descubrimos muchas flores juntas, mamá!" - exclamó Salma con orgullo.
Desde entonces, el poblado vio cómo Salma unía a sus amigos de dos mundos: los humanos y los animales, y cómo la curiosidad y la valentía pueden llevar a grandes descubrimientos.
Y así, Salma se convirtió en una gran líder entre los suyos, inspirando a otros a ser valientes y a respetar la vida que los rodeaba.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.