Saltando bajo la lluvia en las cataratas del Iguazú


Amanda estaba muy emocionada por su viaje a las cataratas del Iguazú con su tía Belu. Era un lugar que siempre había querido visitar y finalmente tendría la oportunidad de hacerlo.

Se despertó temprano el día del viaje y se preparó para partir. "¡Tía Belu, estoy lista! ¡Vamos!"- dijo Amanda mientras cargaba su mochila. "¡Genial, Amanda! ¿Estás lista para una gran aventura?"- respondió entusiasmada tía Belu. Amanda asintió emocionada mientras subían al avión.

Al llegar al aeropuerto de Iguazú, tomaron un taxi hacia el hotel donde se alojarían durante toda la estadía. Luego de instalarse en su habitación, decidieron ir a conocer las cataratas ese mismo día.

Al llegar al parque nacional, quedaron impresionadas por la magnitud y belleza de las cataratas. Fue una experiencia inolvidable ver el agua caer desde lo alto con tanta fuerza y escuchar su estruendo.

"¡Qué hermoso es este lugar!"- exclamó Amanda maravillada mientras sacaba fotos con su cámara. Pero pronto comenzaron los problemas cuando una lluvia torrencial empezó a caer sobre ellas. Tuvieron que refugiarse bajo un árbol cercano para evitar empaparse completamente. "Creo que esto arruinó nuestro paseo"- dijo tristemente Amanda.

"No te preocupes, Amanda. La lluvia puede ser molesta pero también puede ser divertida" -respondió sonriendo tía Belu-. "¿Por qué no jugamos a saltar charcos?"Amanda sonrió y aceptó el desafío.

Juntas saltaron por los charcos y se divirtieron a pesar de la lluvia. Finalmente, la lluvia paró y pudieron seguir su camino. De repente, mientras caminaban por un sendero cercano a las cataratas, escucharon un ruido extraño.

Se acercaron para investigar y descubrieron que había una familia de monos en peligro. Estaban atrapados en una rama que se había roto debido a la tormenta. "¡Tenemos que ayudarlos!"- dijo tía Belu decidida a rescatarlos.

Juntas trabajaron arduamente para construir una escalera con ramas cercanas para salvar a los monos. Fue difícil pero finalmente lograron rescatarlos y devolverlos al bosque. "¡Lo logramos! ¡Salvamos a los monitos!"- dijo Amanda emocionada. "Así es, Amanda.

A veces las situaciones difíciles pueden convertirse en oportunidades para hacer algo bueno"- respondió tía Belu orgullosa de su sobrina. Esa noche, después de haber pasado por una gran aventura juntas, tía Belu le preguntó a Amanda qué había aprendido del día.

"He aprendido que incluso cuando las cosas parecen malas, siempre hay algo bueno que hacer"- dijo Amanda con sabiduría-. "Y también he aprendido que no importa lo grande o pequeña que sea alguien, siempre podemos ayudarnos mutuamente". Tía Belu sonrió orgullosamente mientras abrazaba a su sobrina.

Habían tenido un día lleno de diversión e imprevistos pero habían demostrado que juntas, podían enfrentar cualquier desafío.

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