¡Saludables y felices!



Había una vez un niño llamado Martín que vivía en un pequeño pueblo. Martín era muy activo y siempre estaba jugando al aire libre con sus amigos.

Pero un día, algo inesperado sucedió: ¡su estómago comenzó a dolerle mucho y tenía diarrea! Martín se sentía muy triste porque no podía salir a jugar con sus amigos. Su mamá lo llevó al médico y él le explicó que había comido algo que no le cayó bien al estómago.

El médico le recetó medicamentos para aliviar el dolor, pero también le dio algunas recomendaciones para evitar que esto volviera a suceder. "Martín, es importante que te cuides cuando comes", dijo el médico.

"Debemos asegurarnos de comer alimentos saludables y lavarnos las manos antes de cada comida". Martín asintió con la cabeza y prometió seguir los consejos del médico. Regresaron a casa y su mamá preparó una deliciosa sopa de verduras para él.

"Recuerda Martín, debes masticar bien los alimentos antes de tragarlos", recordó su mamá mientras servía la sopa caliente en un plato. Desde ese día, Martín comenzó a prestar más atención a lo que comía.

Se aseguraba de elegir alimentos frescos y evitaba aquellos que podrían causarle problemas estomacales. Un día, mientras caminaba por el mercado del pueblo, vio una frutería llena de frutas coloridas. Se acercó emocionado y decidió comprar algunas manzanas rojas brillantes.

En casa, Martín se lavó las manos cuidadosamente y luego tomó una manzana. La miró detenidamente y recordó lo que el médico le había dicho. "Debo lavarla bien antes de comerla", pensó Martín. Martín llenó un recipiente con agua y sumergió la manzana en él.

Luego, la frotó suavemente con sus manos para asegurarse de que estuviera completamente limpia. Después, dio un mordisco jugoso a la manzana y disfrutó de su sabor dulce y refrescante.

A medida que los días pasaban, Martín se sentía cada vez mejor. Su estómago dejaba de dolerle y ya no tenía diarrea. Estaba feliz por poder jugar nuevamente con sus amigos sin preocuparse por su salud.

Un día, mientras estaba en el parque jugando al fútbol con sus amigos, vio a Juanito acercarse con una bolsa llena de golosinas. "¡Miren chicos! ¡Traje caramelos para todos!", gritó Juanito emocionado. Los ojos de Martín brillaron ante la vista de las coloridas golosinas.

Sin embargo, recordando lo que había aprendido, decidió tomar solo uno. "Gracias Juanito, pero solo puedo comer uno porque no quiero lastimar mi estómago", explicó Martín amablemente. Sus amigos quedaron sorprendidos por su decisión y comenzaron a hacer preguntas sobre cómo cuidar su salud también.

Martín les compartió todos los consejos que había aprendido del médico y juntos prometieron cuidar mejor su alimentación. Desde ese día, Martín se convirtió en un ejemplo para sus amigos.

Todos comenzaron a prestar más atención a lo que comían y a lavarse las manos antes de cada comida. Juntos, disfrutaron de una vida más saludable y llena de energía. Martín aprendió que cuidar su estómago era fundamental para poder disfrutar plenamente de sus actividades diarias.

Aprendió la importancia de elegir alimentos saludables, lavarse las manos y masticar bien los alimentos.

Y así, Martín y sus amigos vivieron felices y saludables, sabiendo que el cuidado del estómago es esencial para llevar una vida activa y llena de alegría.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!