Salvador y el caballo del jardín


Había una vez una escuela muy especial en un pequeño pueblo de Argentina. Esta escuela tenía un gran jardín con árboles frutales y flores hermosas, donde los niños podían jugar y aprender al mismo tiempo.

Un día, mientras los niños estaban en clases, un caballo negro entró corriendo a la escuela. Los niños se alarmaron al ver al animal tan grande y fuerte dentro del edificio.

El caballo estaba asustado porque había perdido su camino en el campo cercano y terminó adentrándose a la ciudad. Cuando cerraron la puerta de la escuela para evitar que el animal escapara, el caballo empezó a relinchar y patear las paredes.

Todos los niños se escondieron debajo de sus mesas mientras gritaban asustados. Pero entre ellos estaba Salvador, un niño muy valiente que no le tenía miedo a nada. Él sabía mucho sobre animales porque vivía en una granja con su familia.

Salvador se acercó lentamente al caballo para hablarle con voz dulce: "- Tranquilo amigo, aquí nadie te va a hacer daño". El caballo dejó de patear las paredes cuando sintió la calma de Salvador y lo miró fijamente con sus grandes ojos oscuros.

Salvador entendió que el animal estaba asustado por estar encerrado entre cuatro paredes sin poder moverse libremente como lo hacía en su hábitat natural. Entonces dijo: "- Vamos amigo, te voy a ayudar".

Con mucha paciencia, Salvador logró abrir la puerta principal para que el caballo pudiera salir corriendo hacia afuera. Los demás niños salieron detrás de Salvador para ver cómo el caballo se alejaba corriendo por el jardín, saltando los arbustos y las flores.

Los niños aprendieron una gran lección ese día. Aprendieron que todos los seres vivos merecen respeto y comprensión, incluso aquellos que son diferentes a nosotros.

También aprendieron que la paciencia y la valentía son grandes virtudes cuando se trata de ayudar a otros en necesidad.

Desde entonces, cada vez que pasaban por el jardín de la escuela, recordaban con cariño al caballo negro y a Salvador, quien demostró que no hay nada más importante que ayudar a los demás sin importar cuán grande o pequeño sea el problema.

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