Salvadoras del hamster


Piruchina era una abejita muy valiente y aventurera. Un día, mientras volaba por el bosque, se encontró con su amiga la hormiguita y su hija piruchinina. - ¡Hola Piruchina! -saludó la hormiguita-.

¿Qué haces por aquí? - Estoy explorando el bosque -respondió Piruchina-. ¿Y ustedes? - Estábamos buscando bayas para llevarle al abu -dijo piruchinina. El abu era un anciano que vivía en una cueva del bosque y siempre les contaba historias emocionantes a las dos amigas.

Así que decidieron ir a visitarlo y compartir las bayas con él. Pero en el camino, escucharon unos gritos desesperados. Al acercarse, vieron que un pequeño hamster estaba siendo atacado por un lobo hambriento.

- ¡Tenemos que ayudar al hamster! -exclamó Piruchina. Las tres amigas corrieron hacia el lobo y lo rodearon con sus cuerpos para proteger al hamster indefenso. El lobo gruñía furioso pero no podía alcanzarlos gracias a la valentía de las tres amigas.

En ese momento apareció el abu, quien había oído los gritos desde su cueva. Con su bastón golpeó al lobo haciéndolo retroceder, mientras las chicas agarraban al hamster y lo ponían a salvo detrás de ellos.

La batalla fue intensa pero finalmente lograron ahuyentar al lobo. El hamster estaba asustado pero sano y salvo gracias a la valentía y trabajo en equipo de las cuatro amigas. - ¡Lo logramos! -dijo Piruchina con una sonrisa-. Somos un gran equipo.

- Sí, es cierto -respondió la hormiguita-. Y gracias al abu también pudimos salvar al hamster. - Siempre debemos ayudar a los demás cuando lo necesiten -agregó el abu-. Esa es la verdadera valentía.

Las cuatro amigas se dieron un fuerte abrazo y continuaron su camino hacia la cueva del abu, donde compartieron las bayas y escucharon más historias emocionantes. A partir de ese día, siempre recordarían que juntas podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

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