Salvando al mundo



Había una vez un niño llamado Matías que vivía en un mundo devastado por un apocalipsis nuclear. Las ciudades estaban destruidas, la naturaleza estaba contaminada y la gente luchaba por sobrevivir en medio de tanta desolación.

Matías, a pesar de ser solo un niño, tenía un espíritu valiente y decidido. No se resignaba a vivir en ese mundo oscuro y triste, así que decidió hacer algo al respecto.

Investigando en una antigua biblioteca, descubrió la existencia de una máquina del tiempo. Sin dudarlo ni un segundo, Matías se puso en marcha hacia el laboratorio donde se encontraba la máquina del tiempo.

Con mucho esfuerzo logró ponerla en funcionamiento y programarla para viajar al pasado, con el objetivo de evitar que el apocalipsis nuclear ocurriera. Al llegar al pasado, Matías se encontró con su yo más joven y juntos idearon un plan para impedir la catástrofe.

Decidieron hablar con los líderes mundiales para concienciarlos sobre los peligros de la guerra nuclear y promover la paz entre las naciones. "¡Tenemos que actuar rápido!", exclamó Matías joven. "Sí, tenemos que convencer a todos de detener esta locura antes de que sea demasiado tarde", respondió Matías adulto.

Con valentía y determinación, los dos Matías recorrieron el mundo entero hablando con presidentes, primeros ministros y líderes militares. Les mostraron las terribles consecuencias de sus acciones si no ponían fin a la carrera armamentística.

Poco a poco, gracias al esfuerzo conjunto de los dos Matías, el mundo comenzó a cambiar. Los países firmaron tratados de desarme nuclear y se comprometieron a resolver sus conflictos mediante el diálogo y la negociación.

Finalmente, llegó el día en que el apocalipsis nuclear nunca ocurrió. El mundo estaba a salvo gracias al coraje y la determinación de un niño llamado Matías. La Tierra volvió a florecer, las ciudades resurgieron y las personas vivían en armonía y paz.

Matías comprendió entonces que cualquier problema por grande que parezca puede ser superado si uno tiene fe en sí mismo y trabaja duro para lograrlo.

Y así fue como se convirtió en un héroe para su pueblo, recordado por siempre como aquel niño valiente que salvó al mundo del apocalipsis nuclear.

FIN.

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