Samuel y su hermanito Daniel



Samuel estaba emocionado cuando sus padres le anunciaron que pronto tendría un hermanito. Soñaba con tener a alguien con quien jugar y compartir sus aventuras. Pero cuando Daniel finalmente llegó a casa, Samuel comenzó a sentir celos.

Se dio cuenta de que ahora debía compartir la atención de sus padres con el nuevo integrante de la familia.

Una tarde, mientras Samuel jugaba en su habitación, escuchó a sus padres hablar sobre lo cansados que estaban cuidando al bebé. Sintió una punzada de tristeza al darse cuenta de que ya no pasaban tanto tiempo juntos como solían hacerlo antes. Esa noche, en la cena, Samuel se mostraba más callado de lo habitual.

"¿Qué te pasa, Samuel?" preguntó su mamá preocupada. —"Nada" , respondió él sin muchas ganas. Sus padres intercambiaron miradas sabiendo que algo no andaba bien. Después de cenar, se sentaron junto a Samuel en el sofá y le preguntaron cómo se sentía realmente.

"Me siento un poco triste", admitió Samuel finalmente. "Antes estábamos siempre juntos y ahora parece que ya no tengo tanto tiempo solo para mí".

Sus padres entendieron sus sentimientos y le explicaron lo mucho que lo querían y lo importante que era para ellos, pero también le recordaron lo especial que era tener un hermanito con quien crecer y crear nuevos recuerdos juntos. Al día siguiente, mientras Daniel dormía la siesta, Samuel decidió prepararle una sorpresa a su hermanito.

Buscó entre sus juguetes uno muy especial: su osito de peluche favorito desde pequeño. Lo colocó con cuidado al lado de Daniel y esperó pacientemente a que despertara.

Cuando el bebé abrió los ojos y vio el regalo de su hermano mayor, soltó una risita adorable y extendió sus bracitos hacia el osito. Samuel sonrió al ver la reacción de Daniel y supo en ese momento que tener un hermano pequeño también podía ser maravilloso.

Desde ese día, Samuel buscaba maneras creativas de incluir a Daniel en sus juegos e involucrarlo en todas las actividades familiares. Descubrió que podía enseñarle cosas nuevas y cuidarlo como un verdadero hermano mayor.

Con el paso del tiempo, los celos dieron paso al cariño y la complicidad entre los dos hermanos fue creciendo cada día más fuerte. Samuel aprendió una valiosa lección sobre el amor incondicional y la importancia de compartir momentos especiales con quienes más queremos.

Así, juntos vivieron muchas aventuras en República Dominicana, creando recuerdos imborrables llenos de risas y complicidad familiar.

FIN.

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