Santiago, el Caballero Valiente


Después de que mi hermano trajo el cuaderno, te sentaste en una silla y comenzaste a escribir con tanta pasión que parecía que estabas creando todo un mundo nuevo.

Mientras tanto, tus sobrinos se aburrían y mis padres intentaban entretenerlos con juegos de mesa. De repente, uno de los sobrinos se acercó a ti y preguntó: "¿Qué estás escribiendo?" "Estoy escribiendo una historia", respondiste con una sonrisa.

El niño se interesó enseguida y se sentó a tu lado para ver lo que hacías. "¿De qué trata la historia?", preguntó el pequeño. "Trata sobre un valiente caballero llamado Santiago", comenzaste a contarle mientras seguías tecleando.

"Santiago vivía en un reino lejano donde había mucha maldad y oscuridad. Pero él no tenía miedo porque sabía que su espada era más fuerte que cualquier mal". El niño estaba fascinado por la historia del valiente caballero y sus ojos brillaban de emoción mientras escuchaba cada palabra.

Entonces, otro de tus sobrinos se acercó también interesado en la historia. "Yo también quiero saber qué pasa con Santiago", dijo el segundo niño emocionado.

Y así, poco a poco, todos los niños se fueron acercando para escuchar la historia del valiente caballero y sus aventuras. Mientras tanto, tú seguías tecleando sin parar pero ahora con una sonrisa en el rostro al ver cómo los niños disfrutaban tu relato.

La historia continuaba con Santiago enfrentándose a muchos peligros y venciendo cada uno de ellos con su valentía y coraje. Pero también había momentos en los que el caballero se sentía triste y solo, sin saber qué hacer.

Fue entonces cuando encontró a unos amigos que lo ayudaron a seguir adelante. "¿Qué amigos?", preguntó uno de los niños curioso. "Unos animales muy especiales: un león, un zorro y un búho", respondiste con una sonrisa.

Los niños seguían fascinados por la historia del valiente caballero y sus aventuras junto a sus nuevos amigos. Y tú seguías tecleando sin parar, emocionada por ver cómo tu relato había captado la atención de los pequeños.

Al finalizar la historia, los niños aplaudieron emocionados mientras tú cerrabas el cuaderno con una gran satisfacción en el corazón. "Esa fue una gran historia", dijo uno de tus sobrinos con admiración. "Sí", asintió otro niño emocionado, "me encantó Santiago".

Y así terminó esa tarde llena de magia y aventura gracias a la creatividad e inspiración que surgió al escribir esa historia infantil educativa e inspiradora sobre el valor del coraje y la amistad.

Dirección del Cuentito copiada!