Santiago y el Mundo de los Sueños
Santiago era un niño muy especial, lleno de curiosidad e imaginación. Cada día, después de salir de la escuela, corría hacia su rincón favorito del jardín, donde un viejo árbol se erguía como si fuera el guardián de sus fantasías. Allí, al sentarse bajo sus ramas, Santiago comenzaba a tejer un mundo lleno de aventuras.
Un día, mientras se acomodaba en su lugar especial, decidió que hoy sería diferente. "Hoy voy a explorar la Isla de los Sueños"-, se dijo a sí mismo.
De repente, el árbol cobró vida y, con un suave susurro, los colores del jardín comenzaron a brillar. "¿Te gustaría conocer la Isla de los Sueños, pequeño aventurero?"-, preguntó el árbol. Santiago, emocionado, asintió con la cabeza.
Y en un parpadeo, se encontró en una playa de arenas doradas, rodeado de criaturas fantásticas. A su lado, un loro multicolor voló y se posó en su hombro. "¡Hola! Soy Lío, el loro guardián de los sueños. ¿Estás listo para una aventura inolvidable?"-
"¡Sí!"- gritó Santiago.
Mientras exploraban la playa, encontraron un castillo hecho de caramelos y chocolate. "¡Mirá eso, Lío!"-, exclamó Santiago. "Debemos entrar. ¡Seguro que hay tesoros escondidos dentro!"-
Cuando entraron, se encontraron con una dulce reina que tenía un vestido hecho de regaliz. "¡Bienvenidos, pequeños aventureros!"- dijo la reina con una sonrisa. "¿Qué buscan en mi castillo de dulces?"-
"Queremos descubrir un tesoro, señora reina"-, respondió Santiago, con los ojos brillando de emoción.
"Hay una leyenda que dice que en este castillo se esconde el Corazón de Caramelo, un tesoro que puede hacer realidad un sueño. Pero deben ser valientes y resolver un acertijo"-, les advirtió la reina.
"¡Estamos listos!"- dijo Santiago. "¿Cuál es el acertijo?"-
La reina sonrió y explicó: "Escuchen bien: 'Soy ligero como una pluma, pero ni un hombre puede sostenerme por mucho tiempo. ¿Qué soy?"-
Santiago pensó en lo que podía ser, mientras Lío volaba alrededor.
"¡Ya sé!"- gritó finalmente. "Es el aliento!"-
"¡Correcto!"- exclamó la reina, mientras un camino de caramelos se abría ante ellos. "Sigan ese camino y encontrarán el tesoro"-
Santiago y Lío corrieron por el camino de caramelos hasta llegar a una puerta brillante. Al abrirla, vieron un enorme corazón de caramelo latiendo con luz propia. "¡Increíble!"- dijo Santiago. "Pero, ¿qué hacemos ahora?"-
"Debes hacer un deseo sincero, y el corazón lo concederá"-, le dijo Lío.
"Deseo… ¡poder compartir mis aventuras con todos mis amigos!"- dijo Santiago.
El Corazón de Caramelo comenzó a brillar aún más intensamente y, de pronto, una lluvia de dulces colores los rodeó. "Siempre que quieras, tus amigos podrán unirse a tus mundos de sueños, solo tienes que creer"-, dijo la reina.
Con su deseo concedido, Santiago se despidió de la reina y de Lío. "¡Gracias por esta aventura!"- gritó, mientras se desvanecía el castillo de caramelo.
De repente, se encontró de regreso en su rincón bajo el árbol, con una enorme sonrisa en su rostro. Rooftop garden pic.
Desde ese día, cada vez que jugaba con sus amigos, les contaba sobre la Isla de los Sueños y cómo podían crear su propio mundo de aventuras. Santiago supo que su imaginación no tenía límites y que, mientras se mantuvieran unidos, podían seguir explorando todo lo que su corazón anhelara.
FIN.