Santiago y el pájaro herido


Había una vez un dinosaurio llamado Santiago, que era muy diferente a los demás de su especie. Él no quería asustar a nadie ni ser violento, sino que prefería ayudar y hacer amigos.

Un día, mientras caminaba por el bosque buscando hojas para comer, encontró a un pequeño pajarito herido en el suelo. Santiago se acercó con cuidado al pajarito y le preguntó si estaba bien.

El pajarito respondió débilmente que había caído del nido y se había lastimado una ala. Santiago sabía que tenía que ayudarlo, así que decidió llevarlo consigo para curarlo. En el camino de vuelta a casa, Santiago y el pajarito se hicieron amigos rápidamente.

Hablaban sobre sus vidas y descubrieron que tenían muchas cosas en común a pesar de ser de distintas especies. Cuando llegaron al hogar de Santiago, él improvisó una cama con hojas para poner al pajarito cómodo mientras lo curaba con algunas plantas medicinales.

Durante varios días estuvo pendiente del pequeño pájaro hasta que finalmente sanó completamente. Una mañana soleada los dos amigos decidieron aventurarse fuera del bosque hacia la montaña para ver las vistas desde arriba.

La subida fue difícil pero emocionante ya que juntos superaban todos los obstáculos; ríos, rocas gigantes e incluso tuvieron que escalar algunas paredes empinadas! Finalmente llegaron a la cima donde pudieron disfrutar de una vista espectacular del mundo debajo de ellos.

Mientras miraban hacia abajo, sintieron como si fueran dueños del mundo. Pero de repente, una tormenta se acercó. El viento soplaba fuerte y la lluvia comenzó a caer intensamente. Santiago sabía que tenían que bajar rápidamente antes de que fuera demasiado tarde.

La bajada fue aún más peligrosa debido al clima, pero trabajando juntos lograron superar todos los obstáculos. Cuando finalmente llegaron abajo, estaban empapados y agotados pero felices por haber superado el desafío juntos.

El pajarito agradeció a Santiago por ser un gran amigo y le prometió nunca olvidar su amistad. Santiago sonrió y respondió: "Los amigos siempre están para ayudarse mutuamente".

Desde ese día en adelante, Santiago y el pajarito continuaron compartiendo muchas aventuras emocionantes juntos, demostrando que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo.

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