Santiago y el poder de la amistad


Había una vez un niño llamado Santiago que era conocido por tratar muy mal a sus compañeros de clase. Siempre les gritaba, los empujaba y se burlaba de ellos.

Los demás niños estaban cansados de su mal comportamiento y no querían jugar con él. Un día, llegó una nueva alumna llamada Valeska. Era amable, inteligente y siempre trataba a todos con respeto.

A pesar de las advertencias de sus compañeros sobre el comportamiento agresivo de Santiago, decidió darle una oportunidad. Un día durante el recreo, Santiago se acercó a Valeska mientras ella estaba dibujando en su cuaderno.

Sin embargo, en lugar de insultarla o molestarla como solía hacer con los demás, se detuvo y le preguntó:- ¿Qué estás dibujando? Valeska levantó la vista y sonrió amablemente. - Estoy dibujando un paisaje hermoso lleno de árboles y flores -respondió ella-.

¿Quieres verlo? Santiago asintió con curiosidad y se sentó junto a ella para observar el dibujo. - Wow, es realmente bonito -dijo admirado-. Yo también sé dibujar, pero nunca lo he mostrado a nadie. Valeska animadamente respondió:- ¡Me encantaría ver tus dibujos! Todos tenemos talentos diferentes y es genial compartirlos entre nosotros.

Esa tarde después del colegio, Santiago llevó algunos de sus mejores dibujos al parque donde solían reunirse para jugar. Se acercó tímidamente al grupo de niños que siempre evitaban estar cerca suyo debido a su mal comportamiento.

- Hola chicos -dijo Santiago con una voz más suave y amable de lo que solía utilizar-. Quería mostrarles mis dibujos. ¿Les gustaría verlos? Los niños se miraron entre sí, sorprendidos por el cambio en la actitud de Santiago.

Decidieron darle una oportunidad y le animaron a mostrar sus dibujos. A medida que Santiago mostraba sus talentosos dibujos, los demás niños quedaron impresionados. No podían creer que alguien tan talentoso como él hubiera estado tratando a todos tan mal.

Desde ese día, Santiago comenzó a cambiar su forma de tratar a los demás. Aprendió lo importante que es el buen trato y cómo puede hacer sentir bien a las personas en lugar de lastimarlas.

Se disculpó con todos aquellos a quienes había tratado mal y prometió ser un mejor amigo para ellos. Con el tiempo, Santiago se convirtió en uno de los niños más queridos del colegio.

Su cambio fue inspirador para todos los demás alumnos, quienes aprendieron la importancia de dar segundas oportunidades y tratar siempre con respeto y empatía.

Y así, gracias a la lección de Valeska sobre el buen trato hacia los demás, Santiago aprendió la importancia del respeto y la empatía en las relaciones humanas. Juntos, construyeron un ambiente escolar lleno de amistad y armonía donde todos eran tratados con bondad y comprensión.

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