Santiago y su valentía secreta


Santiago era un niño muy inteligente y curioso, pero tenía un gran problema: no quería ir a la escuela. Siempre inventaba excusas para no tener que asistir a clases, aunque en realidad le encantaba aprender cosas nuevas.

Sus padres estaban preocupados por su actitud y decidieron hablar con él para entender qué estaba pasando.

Un día, mientras Santiago jugaba en el parque, sus padres se sentaron a su lado y le preguntaron por qué no quería ir a la escuela. Santiago bajó la mirada y les confesó que tenía miedo de enfrentarse a los desafíos del colegio.

Sus padres lo abrazaron con cariño y le dijeron que entendían sus temores, pero que debía ser valiente y superarlos. "Santiago, sabemos que te cuesta ir a la escuela, pero es importante que aprendas cosas nuevas y te relaciones con tus compañeros", dijo su mamá con ternura.

"Pero mamá, me da miedo equivocarme o no poder responder cuando me hacen preguntas en clase", respondió Santiago con tristeza. Sus padres sonrieron y le explicaron que todos cometemos errores y que lo importante es aprender de ellos.

Le recordaron lo inteligente y valiente que era, animándolo a descubrir su verdadero potencial. "Tienes una valentía oculta dentro de ti, Santiago. Solo debes creer en ti mismo y enfrentar tus miedos con determinación", dijo su papá orgulloso.

Santiago reflexionó sobre las palabras de sus padres y decidió darle una oportunidad a la escuela. Al día siguiente, se levantó temprano, se vistió con entusiasmo y partió hacia el colegio con una sonrisa en el rostro.

Al llegar al salón de clases, sintió un nudo en el estómago ante la idea de interactuar con sus compañeros. La maestra notó su nerviosismo e hizo una dinámica para presentarse entre todos los alumnos. Cuando llegó el turno de Santiago, respiró hondo y habló sobre sus gustos e intereses sin titubear.

Para su sorpresa, recibió aplausos de sus compañeros y felicitaciones de la maestra por compartir parte de sí mismo. Ese día marcó un antes y un después en la vida de Santiago.

Se dio cuenta de que su valentía estaba presente todo el tiempo; solo necesitaba confiar en sí mismo para mostrarla al mundo. A partir de entonces, asistió felizmente a la escuela, participando activamente en las clases y haciendo nuevos amigos cada día.

Con el apoyo incondicional de sus padres y la confianza en sí mismo, Santiago descubrió que podía superar cualquier obstáculo si creía en sus capacidades. Su valentía oculta se transformó en su mayor fortaleza, guiándolo hacia un futuro lleno de éxitos y aprendizajes emocionantes.

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