Santos y su gran paso


Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Mamadera, vivía Santos, un niño de 3 años que siempre llevaba consigo su inseparable mamadera.

Desde que nació, Santos había estado acostumbrado a tomar leche de su mamadera para alimentarse y sentirse reconfortado. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos Tomás y Sofía, Santos notó algo diferente. Tomás y Sofía estaban bebiendo jugo de una botella con sorbete, sin necesidad de usar mamaderas.

Esto llamó la atención de Santos quien decidió preguntarles cómo lo hacían. "¡Hola chicos! ¿Por qué no usan mamaderas para tomar?"- preguntó Santos curioso. Tomás sonrió y respondió: "Es porque ya somos grandes como para usarlas.

Ahora bebemos directamente del vaso o utilizamos un sorbete". Santos quedó asombrado ante esa respuesta. Comenzó a pensar en la idea de dejar su amada mamadera y aprender a beber como los demás niños mayores.

Sin embargo, también sentía miedo e inseguridad por dar ese paso tan importante. Esa noche, antes de dormir, Santos le contó su dilema a sus padres. Ellos escucharon atentamente y comprendieron las razones detrás del deseo de su hijo.

"Santos" , dijo papá con cariño, "sabemos que es difícil dejar algo que te hace sentir seguro, pero crecer implica enfrentar nuevos retos". Mamá agregó: "Si realmente quieres intentarlo, estamos aquí para apoyarte en esta nueva etapa".

Animado por el amor y el apoyo de sus padres, Santos decidió que estaba listo para dejar su mamadera. Al día siguiente, fue al supermercado con su mamá y eligió un vaso colorido y divertido. Cuando llegó la hora de tomar leche, Santos miró el vaso con determinación.

Tomó una respiración profunda y dio el primer sorbo directamente del vaso. Si bien derramó un poco de leche en su camiseta, se sintió orgulloso por haber dado ese primer paso.

A medida que pasaban los días, Santos practicaba cada vez más beber sin usar la mamadera. En cada intento, mejoraba sus habilidades y se sentía más confiado.

Un día, mientras jugaba en el parque nuevamente con sus amigos Tomás y Sofía, Santos notó algo especial: ya no necesitaba llevar su mamadera a todas partes. Ahora podía disfrutar de un jugo o agua directamente del vaso o utilizando un sorbete como los demás niños mayores.

"¡Miren chicos! ¡Ya soy grande como ustedes! ¡Puedo beber sin mi mamadera!"- exclamó Santos emocionado. Tomás y Sofía aplaudieron emocionados por los logros de su amigo. Juntos celebraron este importante hito en la vida de Santos. Desde aquel día, Santos siguió creciendo valiente y enfrentando nuevos desafíos.

Aprendió que dejar atrás lo conocido puede ser difícil al principio, pero también trae consigo nuevas oportunidades para crecer y descubrir cosas maravillosas. Y así concluye nuestra historia sobre Santos el nene que se animó a dejar de tomar la mamadera.

Un cuento inspirador que nos enseña a enfrentar nuestros miedos y confiar en nosotros mismos para crecer y aprender.

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