Sapitos valientes


Había una vez dos sapitos, Tomás y Martina, que se enamoraron perdidamente el uno del otro. Desde el primer momento en que sus ojos se encontraron, supieron que estaban destinados a estar juntos.

Sin embargo, la vida no siempre es fácil y su amor tendría que superar muchos obstáculos. Un día, mientras paseaban por el bosque tomados de la mano, un ave rapaz los atacó y separó a Tomás de Martina.

A pesar de buscarlo incansablemente, Martina no pudo encontrar a su amado sapito y pensó lo peor: que había muerto. Pero para sorpresa de todos, Tomás logró escapar del ave y sobrevivir gracias a su astucia e inteligencia.

Después de muchas aventuras peligrosas, finalmente logró reunirse con Martina en un hermoso prado lleno de flores. "-¡Martina! ¡Estoy vivo! -dijo Tomás emocionado al verla- Pensé que nunca volvería a verte. ""-¡Tomás! -exclamó ella abrazándolo fuertemente- No sabes cuánto te he extrañado.

"A partir de ese día juraron nunca más separarse y vivieron felices juntos durante mucho tiempo. Pero un día llegó una noticia inesperada: iban a ser padres.

La pareja estaba muy emocionada pero también preocupada porque sabían que criar hijos era difícil en el mundo salvaje donde vivían. Sin embargo, decidieron enfrentar los desafíos juntos como siempre lo habían hecho antes. Cuando nacieron sus pequeños renacuajos, fueron la cosa más hermosa que habían visto.

Tomás y Martina se dedicaron por completo a cuidarlos, enseñarles a saltar, nadar y sobrevivir en el bosque. Pero un día, un grupo de serpientes venenosas atacó su hogar, poniendo en peligro la vida de toda la familia.

Con coraje y valentía, los sapitos lograron defenderse de las serpientes y salvar a sus hijos. "-¡Gracias por estar siempre conmigo! -dijo Martina abrazando fuertemente a Tomás- No sé qué hubiera hecho sin ti. ""-Yo tampoco lo sé -respondió él besándola- Pero juntos pudimos superarlo todo.

"Y así fue como Tomás y Martina demostraron que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo si se tiene coraje, inteligencia y sobre todo, la voluntad de luchar por aquello que amamos.

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