Sapo y sus amigos acuáticos
Había una vez un simpático sapito llamado Sapo Salta Roca. Vivía felizmente en el bosque, saltando de roca en roca y explorando cada rincón con alegría. Un día, Sapo Salta Roca decidió visitar la playa.
Había escuchado que allí había muchas cosas interesantes por descubrir. Con emoción, se dirigió hacia la costa, saltando alegremente por el camino.
Cuando llegó a la playa, quedó maravillado con lo que vio: arena blanca y fina, olas azules y cristalinas, y un sol radiante que iluminaba todo el lugar. Sin pensarlo dos veces, Sapo Salta Roca comenzó a saltar de piedra en piedra en busca de aventuras.
Pero mientras daba un salto especialmente alto para alcanzar una roca más grande, algo inesperado sucedió: ¡Sapo Salta Roca resbaló y cayó al agua! El pobre sapito estaba asustado y no sabía nadar. "-¡Ayuda!", gritaba Sapo Salta Roca mientras luchaba por mantenerse a flote.
Afortunadamente, una gaviota llamada Gavi se encontraba cerca y escuchó sus súplicas de auxilio. Gavi voló rápidamente hacia donde estaba Sapo Salta Roca y lo agarró con su pico antes de que se hundiera completamente. Lo llevó hasta la orilla donde otros animales amigables esperaban preocupados.
Allí estaban Conejo Saltarín, Tortuga Nadadora y Cangrejo Pinzas Listas. Todos ellos eran buenos amigos de Sapo Salta Roca y estaban dispuestos a ayudarlo en cualquier situación. "-¡Gracias por salvarme, amigos!", dijo Sapo Salta Roca mientras tosía agua.
"-No debería haber sido tan imprudente al saltar sin saber nadar". Conejo Saltarín tomó la palabra y le dijo: "-Sapo Salta Roca, todos cometemos errores. Lo importante es aprender de ellos y ser más cuidadoso la próxima vez".
Tortuga Nadadora asintió y añadió: "-Es verdad, Sapo. A veces nos emocionamos tanto por explorar nuevas cosas que olvidamos tomar precauciones. Pero siempre podemos contar con nuestros amigos para ayudarnos cuando las cosas se complican".
Cangrejo Pinzas Listas sonrió y concluyó: "-La playa puede ser un lugar maravilloso, pero también tiene sus peligros. Siempre debemos estar atentos y respetar el agua". Sapo Salta Roca aprendió una valiosa lección aquel día.
Agradecido por la amistad y el apoyo de sus compañeros animales, decidió practicar natación para estar preparado en caso de otro accidente.
Desde entonces, cada vez que iba a la playa, Sapo Salta Roca disfrutaba del sol desde la orilla o nadaba con seguridad junto a sus amigos Conejo Saltarín, Tortuga Nadadora y Cangrejo Pinzas Listas.
Y así termina esta historia llena de aventuras y enseñanzas sobre la importancia de ser prudentes en nuestras acciones y valorar el apoyo incondicional de nuestros amigos cuando más lo necesitamos.
FIN.