Sembrando los Sentidos en la Feria de Alimentación
Era un día soleado en el colegio José Hernández, y todos los alumnos de segundo año estaban muy emocionados. Había llegado el momento de la feria de alimentación, un evento muy esperado donde cada clase mostraba sus proyectos. La profesora Andre, con su característico sombrero de chef, reunió a sus alumnos en la sala de clases.
"¡Buenos días, chicos! Hoy es un gran día para mostrar nuestro proyecto 'Sembrando los Sentidos'.¿Están listos?" - dijo, sonriendo.
"¡Sí, profe!" - gritaron los niños al unísono, llenos de energía.
"Recuerden que vamos a usar todos nuestros sentidos para descubrir el mundo de la alimentación. ¡Acordémonos de lo que hemos aprendido!" - agregó la profesora Lauri, quien siempre llevaba consigo una caja de frutas para que los niños las tocaran.
Finalmente, la profesora Cari llegó corriendo con un carrito lleno de ingredientes frescos.
"¡Chicos, traigo nuevas frutas y verduras! Asegurémonos de que todos sepan cómo disfrutar de cada sabor. ¡Vamos!" - les gritó, enérgica.
Los alumnos colocaron su exposición en un gran stand decorado con dibujos de frutas, verduras, y animales de granja. Habían preparado una serie de actividades para que los visitantes de la feria pudieran experimentar con sus sentidos: podían tocar, oler, ver e incluso, por supuesto, ¡probar!
Primero llegó un grupo de padres. La profesora Andre les explicó:"Hoy vamos a aprender sobre la alimentación saludable. ¡Usaremos nuestros sentidos! ¿Quieren probar una naranja?"
Los niños, emocionados, comenzaron a repartir los gajos de naranja entre los adultos. Uno de los padres, el Sr. López, miró extrañado.
"Nunca he querido mucha fruta, pero probemos…" - dijo. Tomó un gajo, lo probó, y su rostro se iluminó. "¡Vaya, no sabía que estaba tan rica!"
"¡Eso es, señor! La fruta es deliciosa y buena para la salud!" - exclamó Manuel, un alumno curioso.
Mientras tanto, algunos niños prepararon un rincón con hierbas y especias. La profesora Lauri preguntó:"¿Quién quiere oler la albahaca?" - Los chicos levantaron sus manos, y todos se acercaron emocionados.
"¡Es fresca y tiene un aroma increíble!" - dijo Sofía, mientras inhalaba profundamente.
De pronto, apareció un grupo de chicos de otros cursos, burlándose de ellos.
"¿Qué están haciendo con esas verduras viejas? ¡No tienen sabor!" - se rieron, tratando de menospreciar el esfuerzo de los segundos.
Sin embargo, la profesora Cari intervino:"Chicos, cada alimento tiene su momento y lugar. ¿Por qué no vienen a experimentar con nosotros?"
Los otros alumnos dudaron, pero la curiosidad ganó. "Está bien, probemos. ¡Pero esto mejor que no muestre a los de séptimo!" - se rieron y se acercaron al stand.
"Aquí tenemos un batido de frutas que preparamos. ¡Vengan, pruébenlo!" - los animó Melina, una de las alumnas.
Los chicos de séptimo tomaron el vasito con el batido de fresa y plátano. Una de ellas, Valentina, probó primero.
"¡Mmm! Está delicioso, no pensé que pudieran hacer algo tan rico. ¡Esto es lo mejor!" - exclamó, sorprendida.
Poco a poco, más y más alumnos comenzaron a acercarse, y lo que había empezado como una burla se transformó en un momento de conexión.
La profesora Lauri observaba satisfecha mientras explicaba:"Siempre hay algo nuevo que aprender y compartir, hasta con aquellos que no pensaban disfrutar de nuestra comida saludable. ¡Bienvenidos todos, vení a experimentar!"
La feria fue un éxito. Al final, todos los alumnos de segundo año estaban tan contentos de haber compartido su aprendizaje sobre la alimentación. La profesora Andre se acercó a los chicos con una sonrisa amplia.
"Ustedes hicieron un trabajo increíble, chicos. ¡Sembraron los sentidos en cada uno de nosotros! ¿No es genial cómo la comida puede unir a las personas?"
"Sí, profe! Queremos hacer más actividades así. Podemos invitar a más compañeros..." - dijo Manuel.
"¡Eso suena maravilloso!" - concluyó la profesora Cari.
Con una gran sonrisa y la sensación de haberse superado, los pequeños se despidieron de sus visitantes al final de la jornada y decidieron empezar a planear su próxima aventura educativa, convencidos de que la alimentación saludable y el compartir juntos eran elementos esenciales no solo en la cocina, sino en la vida.
FIN.