Seni Etiam y su amiga invisible


Era el primer día de clases en la escuela para Seni Etiam, una niña valiente y algo distraída, con un peculiar y encantador amor por las lombrices. A pesar de su valentía, Seni tenía un gran temor a las mariposas, las cuales le causaban un gran nerviosismo. Pero lo más sorprendente de Seni era su amiga invisible, a quien llamaba Violeta. La niña siempre estaba contando historias y aventuras que compartía con su amiga invisible, para desconcierto de muchos.

Al llegar a la escuela, Seni se sentó en su pupitre, con las lombrices en su mochila, y comenzó a dibujar en su cuaderno. La maestra les presentó a sus compañeros a medida que iban llegando, pero cuando mencionó a Violeta, todos se miraron confundidos. Algunos niños se rieron mientras otros la miraban con pena. Seni, distraída como era, no se percató de las reacciones de sus compañeros.

Durante el recreo, Seni se sentó en un rincón del patio con su lombrera, y para sorpresa de todos, varios de sus compañeros se le acercaron para preguntarle sobre Violeta. Al principio, Seni se sintió incómoda, pero luego comenzó a contarles sobre su amiga invisible. Pronto, los niños se rieron de alegría y empezaron a imaginar junto a Seni todas las aventuras en las que Violeta las llevaba.

El día siguiente, durante la clase de Ciencias Naturales, la maestra les pidió a los alumnos investigar sobre un tema que les apasionara. Seni, emocionada, decidió investigar sobre las lombrices y junto con sus compañeros, se dispuso a aprender todo sobre esos curiosos animalitos. La clase se convirtió en una emocionante aventura, llena de aprendizaje y diversión.

Con el correr de los días, Seni se convirtió en una niña aún más valiente, superando sus miedos día a día, y compartiendo su amor por las lombrices con sus compañeros. En cada nueva aventura imaginaria con Violeta, descubrían algo nuevo y emocionante. La amistad de Seni con Violeta, invisible para los demás, se convirtió en un símbolo de creatividad y compañerismo entre todos los niños.

Al final del año escolar, Seni había superado su miedo a las mariposas, descubriendo que no eran tan aterradoras como pensaba. Y aunque la amistad con Violeta seguía siendo un misterio para los demás, para Seni y sus compañeros era la prueba de que la imaginación y la amistad no conocen límites.

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