Sevastian y la Montaña Mágica



Había una vez un dinosaurio llamado Sevastian que vivía en la selva. Era un dinosaurio muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con algo que nunca había visto antes: una gran montaña de basura. Sevastian quedó sorprendido al ver tanta basura acumulada en su amada selva. Sabía que eso no era bueno para el medio ambiente y decidió hacer algo al respecto.

Con todas sus fuerzas, comenzó a reagarrar la basura y a llevarla lejos de la selva. Mientras trabajaba, Sevastian se dio cuenta de que no podía hacerlo solo.

Necesitaba ayuda para limpiar toda esa basura y mantener su hogar limpio y seguro para todos los animales que vivían allí. Así que decidió buscar a sus amigos animales para pedirles ayuda. Primero encontró a Leo, el león valiente. Le explicó la situación y Leo aceptó ayudar sin dudarlo.

Juntos, recogieron más basura y la llevaron a un lugar adecuado para su reciclaje. Luego se encontraron con Marta, la mona traviesa.

Aunque al principio Marta no entendía por qué era tan importante limpiar la selva, Sevastian le explicó cómo la basura podía dañar a los animales y al medio ambiente. Marta se sintió triste por los animales afectados y decidió unirse al equipo de limpieza.

Con cada paso dado por Sevastian, Leo y Marta, más animales se sumaban a esta importante misión de limpieza en la selva. Juntos, recogieron basura durante días y lograron hacer un gran cambio en su hogar. Pero la historia no termina ahí. Sevastian tuvo una idea brillante: convertir la basura en algo útil.

Les propuso a todos sus amigos animales que construyeran juguetes y muebles con los materiales reciclados. Así fue como construyeron columpios con neumáticos viejos, casitas para pájaros con botellas de plástico y bancos hechos de latas.

La selva se transformó en un lugar lleno de color y diversión gracias al ingenio y trabajo en equipo de todos los animales.

Sevastian aprendió que el reciclaje no solo era importante para mantener limpia la selva, sino también para darle una segunda oportunidad a los objetos que ya no servían. Además, descubrió lo poderoso que puede ser trabajar juntos por una causa común. Desde ese día, Sevastian se convirtió en el guardián del reciclaje en la selva.

Cada vez que encontraba basura, la llevaba al lugar correcto y siempre recordaba a sus amigos animales lo importante que era cuidar su hogar.

Y así, gracias a Sevastian y sus amigos animales, la selva volvió a ser un lugar limpio y seguro para todos los habitantes. Los animales aprendieron sobre la importancia del reciclaje y cómo pueden marcar la diferencia cuando trabajan juntos.

Esta historia nos enseña que todos podemos hacer nuestra parte para cuidar nuestro planeta y proteger el medio ambiente. Si seguimos el ejemplo de Sevastian y trabajamos juntos, podemos lograr grandes cosas por nuestro hogar: la Tierra.

FIN.

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